domingo, octubre 15, 2006

Nueve años

¿Como cuento esto que sucede?, ¿como me lo cuento?, ¿como lo escribo?, ¿como dejo constancia de este torbellino?. Uno tendría que contarse su vida entera para entender el segundo que se vive, el presente inexistente. Uno tendría que sumar todos los segundos para obtener el resultado de este. Pero no es ahora esa abstracción la que me agita. Es otra cosa, si cabe, mas real.

Saúl fue compañero en el tecnológico. Compartiamos algunos gustos musicales, algunas borracheras y alguna cosa mas en aquel centro mediocre en el que aprendí de todo menos de medios.No fue uno de esos amigos históricos, pero fue un compañero habitual, nos veiamos a menudo, hicimos un viaje juntos, nos emborrachamos innumerables veces. Era un tipo enormemente bondadoso, generoso y amable, un gran tipo. Llegamos a hacer algo de música juntos, Saúl hizo todos los empeños por ser cantante, pero no le salió, yo hice todos los empeños por ser músico, los sigo haciendo y voy por el mismo camino que él. Recuerdo tocar en una fiesta en el club canario de Barquisimeto una improvisación infinita del The wall de Pink Floyd, con todo lo que eso significa en una fiesta de Barquisimeto, toda una provocación y realmente no era lo que buscabamos, simplemente eramos unos flipadillos de Pink Floyd y no unos provocadores, creimaos que con aquello conquistariamos a un publico femenino muy abundante. El resultado fue bien distinto, en algún momento, alguien, educadamente pidió que lo dejaramos. Y nos fuimos con los cacharros entre las manos pero borrachos, eso si. Creo que hicimos varios intentos mas de hacer llegar nuestro "arte" por ahí, pero creo que nadie lo supo interpretar, ni siquiera nosotros.

De Saúl no volví a saber nada durante cinco o seis años, diría casi siete. Una buena tarde me conecto al Messenger y veo que alguien quiere agregarse a mi lista y acepto, reconozco el nombre de Saúl y me alegro de saber de nuevo de él. Durante este tiempo, esporadicamente nos saludamos, intercabiamos preguntas sobre nuestras vidas y hablamos de música. Alguna vez, hace menos, hablamos sobre la situacíón de allí, la politica, Chavez, la oposición...Coincidimos en varios puntos y me informó de cosas que yo no sabía. Así temporalmente hablamos a traves de ese invento brillante que es el messenger y que me permite tener una relación mas directa con la gente de los años de aquel lado.

Hoy le saludé, le conté que había estado viendo a Cerati en Madrid, Saúl siempre fue un Ceratiano bestial, el mas Ceratiano de los infinitos Ceratianos de Latinoamerica. Y siempre es curioso ver a este por Madrid, casi una rareza. En un momento y sin venir mucho a cuento me manda un Link con miles de fotos de Barquisimeto y si escribo esto es por eso. Lo sorprendente no fue ver la construcción de un estadio inmenso de futbol, o fotos de las obras de no se que otra cosa. Lo sorprendente fue ver la avenida 20 absolutamente transformada, no pasará ya por ahí el Ruta 5 y ni se oirá las miles de musicas a la vez de los buhoneros de la 20. Ahora aquella calle que tanto he recordado no es la calle que fue, ahora es un Boulevard que arranca en la Vargas y sube hasta la 42, creo. He visto una foto otra foto y no se bien que he sentido, aquella calle por la que pasé una tarde, una mañana, otra mañana, una noche, otra tarde, otra noche...Así durante nueve años, no es aquella calle. Aquella ciudad ha ido variando lentamente, detalle a detalle, mañana tras mañana. Vi mas fotos, aereas, de construcciones nuevas, de calles que si reconocí, de zonas totalmente nuevas, de centros comerciales que no existían, de otros que ya estaban. Seguí viendo y recordé que en una había un edificio nuevo, otra que permanecía casi intacta, nombres de zonas que no existian, zonas que habían sido remodeladas, pero la 20 no, la veinte era otra calle, era la 20 pero no era. Como cuando ves a alguein del pasado y casi no reconoces, alguien con quien fuiste intimo y ahora casi ni sabes quien es, una cara que te cuesta identificar, alguien con quien estabas a menudo y sin embargo ya casi ni te acuerdas, casi nunca venía a la memoria. Eso ví, una ciudad por la que caminé nueve años y que me ahora me cuesta reconocer. Calles que permacían estáticas y que como todo han seguido su constantes variaciones, su paso en el tiempo. Mas melancolía al horno

"...el hecho me dolió, pues comprendí que el incesante y vasto universo ya se apartaba de ella y que ese cambio era el primero de una serie infinita. Cambiará el universo pero yo no, pensé con melancólica vanidad".
El Aleph.
Jorge Luis Borges

3 comentarios:

Biscuter dijo...

Para mí es demasiado.

Es la primera elegía de la avenida 20.

Gracias amigo.

Anónimo dijo...

Me da una terrible curiosidad ver esas fotos
Israel

Anónimo dijo...

Las he visto. Parece que Barquisimeto tiene su Ruiz Gallardón

Mi lista de blogs

Afuera