jueves, octubre 12, 2006

Café

Día festivo. La calle, claro, está mas silenciosa de lo habitual, aunque esta calle es muy poco ruidosa normalmente, pero ahora mismo ni siquiera el sonido de los coches que arrancan y se van. Hay ritos en el despertar. Se hacen casi todos los dias las mismas cosas. Una meada, el café. Esas cosas que le dan un sensación de arranque a las cosas, un calentar motores. El café por la mañana, el primer café, el sonido del café subiendo, el olor del café cuando ya casi ha terminado de salir, el café cayendo por la taza, el café en la boca, toda esa secuencia es una de las mejores partes del dia. Sentarse y tomarse el café y recrearse torpemente en esos sueños que ha habido por la noche, la leve calma del café. La cafeina que comienza su juego y empieza invisiblemente a ejercer, a proporcionar sus efectos. Hasta ahí el rito, luego ya viene la vida, lo real, si cabe, pero el café es el parentesis entre sueño y vida, noche y día. La frontera. Luego ya viene lo otro, el desorden de los dias. Lo que tenga que pasar. El dia por delante, el tiempo por cubrir. ¿Que sucederá hoy?, ¿Que caminos iremos recorriendo cada uno?. Está ahí, justo ahí, a unas horas y no tienes ni idea de que irá a pasar hoy. ¿Quien llamará?, ¿Con quien te cruzarás?,¿Que noticia empezará a suceder para ser titular mañana en el periodico?. Tantas vidas que se iran cruzando unas con otras en un extraño efecto, en una cadena indescifrable, imposible, infinita. Ahí, a tan solo unas horas, a tan solo unos minutos, en el siguiente segundo a este, a este, a este....

2 comentarios:

Biscuter dijo...

Un saludo desde Arca del Valle.

Leo con creciente admiración estas excelentes crónicas de lo cotidiano que has estado colgando en tu blog.

Abrzos,

Altazor

Bastian dijo...

¡Que suerte! ¿Como te pueden gustar las las mañanas? Joder, me levanto a las 7.10 (10 min tarde) y todo son carreras y agobios para llegar al bus y ¡AL TRABAJO!

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