domingo, octubre 08, 2006

Domingo de octubre

Domingo de octubre. Sigue haciendo bueno. Últimas horas del fin de semana.

He pensado varias veces en la posibilidad de haberme cruzado con S... en alguna calle de su ciudad este fin de semana. No la conozco, no se como es y podría haber sucedido que en alguna esquina de esa ciudad nos hayamos cruzado y ni la mas mínima sospecha, ni las minima atención, alguien que pasa a tu lado en una ciudad que no es la tuya y a la que has ido un par de dias, una persona mas entre los miles y miles que te cruzas diariamente en una esquina, en un paso de cebra, en la puerta de un bar. Esas cosas pasan o no, pero gusta juguetear con esas posibilidades, que bien visto, no llevan a nada, pero dan un extraño placer. Incluso jugueteas mas e imaginas que S... podría ser la chica a la que preguntaste como llegabas a esa esquina que buscabas

Al entrar en casa he recordado otra ciudad y he pensado que los presentes son extraños, lo abarcan todo y luego nada, están de lleno y ya no están. Me ha venido la imagen de una calle larga y estrecha del centro de esa ciudad que me resulta totalmente ajena, un tipo pasa a mi lado, es madrugada. Nos miramos y seguimos. cada uno su camino. Avanzo por la calle estrecha y dudo de si era en esa esquina o en la siguiente donde tenía que doblar. Miro al suelo y veo una botella de cerveza, me suena un mensaje en el móvil, lo leo y sigo avanzando agitado. No se escoge siempre. Hay veces que no hay elección.

He jugueteado con el baile de cables en el tren. Es sencillo, se pone uno música, se pega la cara al cristal y se mira un poco hacía arriba. Los cables van en paralelo a las vias, la velocidad hace que parezcan que se están moviendo y que botan en los postes y que van cambiando las formas, incluso la velocidad. A veces aumentan los cables, en vez de tres o cuatro, que es lo mas constante, aparecen de repente seis, siete y ahí parece una coreografía de cables, se van moviendo de lado, se cruzan unos con otros, botan en los postes y arrancan de nuevo, avanzan a la velocidad del tren. Parecen lineas que avanzan contigo hacía Madrid y que su viaje es un baile, una coreografía loquísima y que casualmente juguetean con los ritmos y melodias de la música que tu vas oyendo.

1 comentario:

stel dijo...

yo juego con las líneas del paisaje :)
cuando el tren va rápido el paisaje parece que haya sido trazado en líneas paralelas...
besitos
^^

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