domingo, octubre 15, 2006

Farmacia de guardia

La farmacia 24 horas que hay en Antón Martín es la localización perfecta para hacer un retrato de una ciudad como esta. Te tiene que pasar primero que tomes un medicamento, que además te hayas quedado un sábado sin el y que después de buscar por las calles del centro una farmacia de guardia alguien recuerde la farmacia de Antón Martín que está siempre abierta. Entonces tu para no estropear el ritmo de cañas y conversaciones vas solo hasta allí y haces la cola.

La cola es larga, tanto que uno se pregunta que como es posible que a esa hora haya tanta necesidad de medicamentos, la cola avanza lenta, pero esa historia es mas normal. la guardia la hace un tipo solo y entre que se asoma a la ventanilla, le piden lo que desean, va a por ello, cobra y busca la vuelta pasa un rato. Al principio te entretienes en pensar en la obra que hay montada en la plaza, las vallas y demas adornos llegan hasta la puerta de la farmacia dejando un estrecho pasillo en la acera. La obra está tapada por vallas altas y unas telas verdes que podrían ser perfectamente la obra de un pintor vanguardista. Telas y chorretones de pintura, texturas de polvo, arena y ladrillo. Siempre he sospechado que Madrid se está convirtiendo en una especie de inmenso taller repleto de obras abstractas de un artista atormentado. Claro el tema de la obra no da para mas cuando llevo 20 minutos esperando, y es ahí cuando me lanzo a curiosear entre los compañeros de cola y en la gente que pasa por el estrecho espacio de acera que queda entre las vallas y la cola de la farmacia. Entre los de la cola los hay que compran un antibiótico, unas tiritas, varias cajas de condones, una que pide "algo para la garganta", uno que pide algo en voz muy baja para no ser escuchado, uno que pide Sintrom. Entre los que pasan hay los modernos de gafas de pasta, un grupo de niñas borrachisimas y que vienen hablando de algo indescifrable, una pareja que discute violentamente, dos que van hablando de Kill Bill ( no se que volumen), una mujer muy mayor que camina despacisimo mirando al suelo, muchos que pasan y no te da tiempo a descifrar, una pareja en silencio, otra pareja abrazada, un grupo de gente que viene riendose, un chico que va oyendo música. He pensado en el farmaceutico y me he dado cuenta que nada estaba sucediendo, que todos eramos parte de su sueño en mitad de la larga madrugada de esa noche de guardia.

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