domingo, agosto 21, 2005

En casa

He vuelto a Madrid. Estoy en casa. Oigo unas notas de piano y pienso en el viaje. Estos dias atrás todo ha sido tan lento. Perder diez minutos mirando las olas. He descubierto nuevas cosas en las olas, ademas he oido algo sobre un interesante estudio que hay sobre el sonido de las olas. Ese sonido depende de la playa en la que se produzcan, afectan factores como la apertura de la playa, el tipo de arena o la corriente que haya ese dia que las estamos oyendo. He visto el mar de dia, de noche. Estuvimos viendo esas olas todos los dias, mirandolas venir. He pensando, facil metafora, que la vida es como ellas. Se va formando, va cogiendo fuerza hasta la cumbre donde una vez ahí se empieza a romper hasta que se va deshaciendo en espuma y llega hasta la orilla donde se diluye, esa ola, para siempre. Ademas como nuestra existencia, esta precedida de miles de olas y detrás, como pasa con nosotros, vienen miles y miles mas. Vi una noche las olas con Marta oiamos en una emisora un mas que sospechoso y oportunisimo especial sobre Pink Floyd. Durante un rato dude de que aquello fuese real, la luna llena arriba, el coche en el borde del mar y en la radio, sin saber muy bien como, canciones de Pink Floyd unas detras de otras, mezcladas con sabiduria magistral. De Echoes a Brian damage, de ahi a un mitico Careful with de axe, eugene, que Marta no había oido y a la que no le avise del grito bestial que a todos nos ha encogido alguna vez. Así, mirando al frente con la luna iluminando un trozo de mar y las olas que se venian una detrás de otra. Any colour you like.

La vida alrededor de la playa, de las olas. La playa es un mundo aparte. Por ahí pasa Basilio, que es el hombre que vende gafas y relojes y pareos, que pasa un dia y otro por ahí, avanzando con toda su mercancia, que saluda diariamente cada vez que nos ve desde que le compramos algo que nunca usaremos y que se perderá en el fondo del armario. Basilio es de Senegal. Luego el hombre del chiringuito que nos da cerveza y algo de comer. La gente que trabaja ahí que nos saluda diariamente y que se hacen casi cotidianos, que se hacen parte de tu vida, de tus pequeños ritos.
Estoy ya en Madrid.

1 comentario:

Martín dijo...

"Ticking away the moments that make up a dull day".

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