lunes, julio 09, 2007

"LOS EXTRAÑOS RECUERDOS DE UNA MEMORIA DIFUSA"


Se ha muerto "La Secun", que viene a ser como que "muere una leyenda" , o algo así dijo mi madre cuando llamé a contarselo por el puro placer de contar. Una menos, si nos ponemos pragmáticos e incluso crueles, pero no olvides que la vida es cruel y sospecho que con "La Secun" de algun modo la vida lo fue.

La última vez que ví a "La Secún" hará ahora unos siete años recuerdo que fue un viaje extraño, duro, bastante cruel, si hablamos de crueldades. Me saludó como si hiciera tan solo un par de fines de semana que no nos vieramos, como si ese nieto con el que se reencontraba fuera un chico de 23 años que había visto tan solo hace unas cuantas semanas. Yo permanecí callado, mas bien sobrecogido, por que "La Secun" venía a ser el epicentro de toda una historia familiar singular o, que a mi modo de ver, resulta ciertamente compleja. El caso es que no ha´baía pasado un par de semanas o un mes, ni siquiera un año. La vez anterior a esa había sido 19 años antes, un ultimo encuentro del que yo tampoco guardo demasiados recuerdos, no por selección, sino por que los recuerdos de los cuatro y cinco años son jodidos de recuperar. El caso es que "La Secun" estaba ahí, y si yo estaba ahí era, y aquí me lanzaré un par de flores, por ser el único con cierta valentía para saber como era la cara de aquellos desconocidos que se habían dado el bote sin previo aviso diecinueve o dieciocho años antes. Lamento ser impreciso en la cantidad de años que habían pasado, pero insisto que con cuatro y cinco años los recuerdos no se graban del todo. Son difusos, como difusos son los recuerdos que grabo de ella.

"La Secun" fue con la primera con la que hablé cuando los busqué. Si la llamé a ella primero fue por que era de la única que la guia telefónica dió huellas. Poco mas de ella. Lamentablemente poco mas. De nuestro trato directo hay, creo, algunas cuantas anecdotas, pero yo no las recuerdo, no tengo esa capacidad. Hay algunas imagenes sueltas, algunos gestos, cosas que me contaron, un personaje sobre todo creado por lo escuchado, por la llamada y por ese ultimo reencuentro que aun hoy considero inoportuno. El sábado sonó el telefono, su hijo me avisaba de la muerte de mi abuela "La Secun" y me quedé mas frio que el hielo que acabo de soltar contra el agua de este vaso que tengo a mi lado para enfriar un poco el agua y saciar esta sed veraniega. Ni un rastro de sentimiento, a mi que me pierden las emociones, ni un vestigio de extrañeza, de dolor, ni una cierta curiosidad, cuando tantas veces es la curiosidad la que me mata. Nada, si algo me sorprende es que no sentí, si algo fue extraño y sorprendente es que nada. Si algunas reflexiones sobre sus hijos, sobre esa soledad que sospecho en la que a muerto o sobre una vida que recorre casi un siglo. Si vinieron o traté de traer esas pocas imagenes que conservo en alguna puta esquina de la memoria y sobre todo vino o recordé aquel miedo infantil, cuando iba a casa de mi otra abuela, un bajo de una calle pequeña, a dormir en el verano cuando veniamos de vacaciones. Aquella ventana que de noche filtraba las luces de las farolas y los pasos muy esporádicos de gente que pasaba al pie de la ventana, rápido y tarde, muy de noche. He recordado aquella sensación de mirar esa ventana en la noche temiendo ver a "La Secun" asomandose ahí, seria y callada, esos ojos profundos, o esos ojos profundos que yo me inventé, la noche profunda y caliente de verano en una calle pequeña de Madrid y yo mirando, esperando que la noche no me ponga esa cara, esperando que no sea "La Secun" esos pasos que se acercan y suenan rápidos.

Es raro, si, pero se ha muerto una leyenda

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