viernes, julio 13, 2007

Encuentros

Crucé un pasillo, entré en una habitación. Dentro estaba Jorge Luis Borges oyendo Dark Side of the moon de Pink Floyd. El teclado de Any Color you like se espacía por la habitación como una especie de sábana. Borges no habló, incluso no notó mi presencia, siguió escuchando ensimismado, atrapado, alucinado. La cabeza elevada, el gesto serio. Miré por la venatana se extendía un inmenso campo verde, a lo lejos unos caballos se movian despacio. Cerca de estos una mujer caminaba dirección a la casa. Borges preguntó entonces que quien era yo, que hacía allí. No supe que contestar. "Los lunáticos están en el salón" dije y Borges agregó: "Habrá eclipse. Todo lo que ves, todo lo que tocas, todo lo que hueles, está bajo el sol, pero el sol a veces es eclipasdo por la luna". Dicho por Borges la sentencia cobraba mas dramatismo aun. Me despedí, salí de la habitación. Salí de la casa. Me encontré con la mujer que ví desde la ventana. Descubrí sus rasgos. Ese juego fascinante de darle forma a una cara que habíamos visto desde la lejanía y que de repente tenemos cerca, con sus matices, todos sus rasgos marcados, presentes. Saludé con educación. La mujer me preguntó, sin extrañeza, si habia estado en la habitación de Borges, si este seguia oyendo a Pink Floyd. Contesté que si. La mujer me invitó a café. De repente comprendí que nada de aquello estaba sucediendo

1 comentario:

La Luna dijo...

Encuentros surrealisas, cómo en un sueño, cuándo abres una puerta y estás en otro lugar, en otro tiempo ...
Un placer pasar por aquí.

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