jueves, julio 26, 2007

Hombre comiendo

Un hombre se sienta en una casa de comidas. El salón amplio repleto de mesas con mantel está medio vacio, hay cinco o seis comensales mas en la extensa sala y un silencio acompañado del sonido ontermitente de los platos y vasos que manejan los camareros desde atrás. El hombre saca una libreta y mientras espera a que le tomen nota escribe una frase: "Escribo que llueve y hace frio hoy que precisamente ni llueve ni hace frio. Escribo que los zapatos están empapados y frios hoy que el sol quema". Se acerca el camarero y por fin ofrece la lista de primeros y segundos. Escoge. Mira a otro comensal solitario. Come y mira hacía la ventana con gesto pasivo y despistado. Vuelve a su cuaderno. Recuerda la fecha y va al mismo día del año anterior, lee esto: " El proposito es ser livianos. Hoy tuve nostalgia de la vida que vivo. Sentí la tristeza que sentiré el dia que ya nada de esto esté". Relee la frase y se sorprende, anota de nuevo: " Escribo por escribir como pinta el niño el suelo, sin mas motivo aparente que el de una especie de descarga electrica. Es un impulso, nada mas. En cuanto a lo escrito, a todo lo que he escrito, es, sobre todo, prescindible". Le traen el primer plato, deja el cuaderno en la mesa, come y piensa en una mujer, evoca con bastante precisión la boca de aquella mujer, el gesto en los ojos, la mano. Sigue comiendo, ahora piensa que ha pensado en la mujer, y se traslada al terreno de los recuerdos mas narrativos. Eso escribió y está escrito hace tiempo en ese cuaderno que ahora está cerrado a su lado. "... hay recuerdos narrativos, aquellos en los que recordamos una situación, un instante que se sucede en el tiempo. Hay recuerdos poeticos, viene, sin mas, una imagen difusa, un gesto, un rasgo, se instala en el presente, lo invade todo, de repente y durante unos segundos, quizá minutos, todo es ese gesto, ese rasgo, todo es la sensación de aquello, no hay mas pero lo es todo".

El hombre come y va pensando. El otro comensal que miró hace un rato se levanta y se va. Nuestro hombre come, termina de comer, bebe café paga y se va. En la mesa se ha quedado el cuaderno entre la servilleta arrugada y la taza de café vacia. El hombre sale a la calle y siente calor. Está, sin embargo escrito en el cuaderno:"Llueve, llueve y espero paciente a que deje de hacerlo"

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