martes, junio 05, 2007

Recuerdos del 96

A ultima hora de la tarde te recogí en ese sitio donde estuviste trabajando unas cuantas semanas. Yo había pasado todo el dia leyendo en un parque y algo angustiado por un futuro que no veia demasiado claro, que de alguna manera me ahogaba. El libro que me acababa de leer de alguna manera cambió mi vida, y aun hoy, tanto tiempo después lo recuerdo como una experiencia vital, mas que como una lectura habitual. Sentí no se que identificación con aquel oscuro personaje, con aquellas obsesiones y con aquella inseguridad permanente, además de aquel drama existencial en el que vivía. Recuerdo que llegué, te esperé en una esquina mas abajo, tratando de no ser visto, por aquella cosa de que no nos vieran y tu madre supiera que andabas por ahí conmigo, y esperaba con la agitación que me había producido aquella lectura. Agitado por dentro, convulso. No hay nada mas incomprensible que un ser humano que se siente solo e incomprendido. Llegaste a tu ritmo, aislada de todo ese torbellino, de ese maremoto interior, ajena a mi existencialismo atroz. Caminamos a un parque, bajamos, te conté casi de carrerilla, expulsando ese fuego que quemaba, ese dolor y tu oias. Nos sentamos en un banco donde se veían unos cuantos arboles casi quietos, los coches que pasaban por la calle de atrás. Yo hablaba del universo, de ese dolor, del miedo, del tiempo y tu oias y no decias nada. En algún momento nos levantamos, nos fuimos a casa y yo no me quería despedir, te pregunté que cuando llegaría mañana, que si a que hora, que si despues de salir, que si a mediodía, trazando un plan para verte a cada hora que fuera posible y no dijiste nada. AL dia siguiente hablariamos por telefono.

Recuerdo que luego me fuí solo a andar por las calles, fumé, volví a fumar. Sentí que era ajeno en aquella ciudad. Pasaban coches no muchos, esa ciudad tenía la manía de parecer siempre domingo por la noche.

Pasaron un par de meses cuando volviste de aquel viaje de fin de semana y ni siquiera me llamaste o llamaste algo mas tarde, ya pasado mucho rato y creo que ahí terminó todo. Algún epilogo, algun coletazo, algun comentario del autor en reeediciones posteriores, pero la historia en si había acabado ahí.

1 comentario:

stel dijo...

hay momentos en que las cosas solo pueden terminar y sin segundas partes ni reediciones.

y es verdad. Hay sitios en que siempre es domingo y eso no acaba de ser bueno.

Muchas grácias por la crónica festivalera!! Repito: qué envidia!! Me hablabas de algunos grupos que no conozco, así que he aprovechado tus comentarios para investigar un poco a ver qué tal suenan jeje
Y eso esta hecho, a la próxima, un café :)

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