viernes, junio 15, 2007

Nubes

Se quedó muchisimo rato mirando al cielo. Trató de comprender el movimiento de las nubes, la poetica de ese viaje vaporoso. La eterna reflexión sobre los ciclos. Pasó algo de tiempo y concluyó que es extraño estar eternamente en el presente. Siempre aquí y ahora. "No hay mas" se dijo, con tono casi épico . Luego recordó. siempre terminamos recordando, como si de alguna manera nos rebelasemos contra estar siempre en ese presente continuo, inagotable. Recordó otras nubes, otros cielos, otros presentes que ya no existen. La imagen de un cielo lleno de huesos y raquetas, de caras de famosos y vecinos. Un cielo electrico que amarilleaba y oscurecía. Un cielo amargo y feliz a la vez. Un cielo por el que pasaba un dinosuario y un pitufo y sin emabrgo aquellas nubes y aquel color ya no están, tampoco muchas de las cosas que había entonces abajo, en el suelo. Recordó aquella tarde que imaginó que el cielo era una piscina puesta al reves y que la tierra era un absoluto trampolín hacía la nada o un trampolín despegado del bordillo, pero en cualquier caso un trampolín balón, como si trampolín y balón de plastico fueran uno solo y flotaran, relentizados sobre o por debajo de la piscina eterna. Eso pensó mientras pasaban aquellas nubes:

Estas nubes, asu vez, so otras nubes, muchas nubes. Todas las nubes. Estas nubes son ahora, aquí y sin embargo se mueven y van variando de forma. Aquel pitufo, aquel vecino forman ahora, extrañamente, el logo de no se que marca de comida. Jamás, eso si, encontró la cara de ella. Eso lo supo entonces y lo sospecha aun ahora. Aquí

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