lunes, junio 25, 2007

La rama en el rio

Tarde de Julio. Llevó un rato caminando en paralelo al rio. Entre la vegetación abundante siento una sensación agradable, la temperatura perfecta bajo la sombra. Llevo una rama en la mano y pienso en algo, nada concreto, un paseo de frases e imagenes. Lanzo la rama al rio sin haberlo decidido de antemano. La lanzo, no hay mas.
La rama que tras un vuelo realmente precioso, choca contra el agua, cerca de una roca, pero todo esto yo ya no lo veo. El choque de la rama contra el agua, hace salpicar agua, ese agua que salpica, salta hasta un pajarillo, que ajeno, recibe el impacto de un montón de gotas de agua, asustado, movido por un instinto potente salta y sobrevuela el rio asustado, sin una dirección precisa, simplemente vuela por la huida. En su vuelo enloquecido, choca con unra rama de un arbol alto que cubre, solemne, el rio. La agitación leve de las ramas, asusta a su vez a otros pajaros, que a su vez estaban apoyados en esas ramas. Desde arriba, y esto sin embargo nadie lo ve, se puede ver el vuelo repentino de un montón de pajaros que salen disparados hacia la nada y en direcciones, en muchos casos, diferentes. Nos quedamos con uno de los pajaros que viaja dirección norte, alto, un vuelo delicioso. Planea unos cuantos metros, desciende y se apoya en la valla de mediana altura que cubre una finca de la zona. Un perro está acostado en el arbol mas cercano a la valla que cuando esta genetra ruido leve por el movimiento que genera el pajaro al apoyarse en ella, lanza un ladrido mas de rabía que de susto, rabia por ser despertado de manera brusca en esa memorable siesta veraniega bajo el árbol. El ladrido viaja, siempre es fascinante el viaje del sonido, hasta el borde de la ventana de la casa de la finca. EL sonido traspasa el cristal donde dentro un hombre duerme y el ladrido le trae a este lado de lo real, despierta sudado y algo desubicado, el efecto extraño que las siestas del verano tiene en los humanos. Algo atontado el hombre camina hacia la cocina donde busca agua fresca, coge la jarra y la descubre vacia. La indignación del hombre crece que grita un nombre, el nombre es el de su hijo, que aterrado contesta. Hay discusión, leve discusión, pero la hay, los reclamos por no rellenar la jarra termianan en gritos y frases desafortunadas. El chico sale corriendo enfadado, como quizá en su momento lo hizo el pájaro en el rio. Cruza la finca y se dispone, a curzar, sin mirar, la carretera comarcal por donde casi nunca pasa nadie, salvo hoy, salvo ese momento preciso. Un coche frena con violencia y el muchacho, sin reacción posible, se queda paralizado en medio del asfalto , el coche frena justo a tiempo y no sucede nada, pero el hombre que va dentro sale en seguida para preocuparse por el muchacho. La conversación es larga hasta tranquilzarlo y el hombre del coche que acudia a una cita importante con su biografia, se retrasa y al final, tanto se retrasa que no llega al pueblo donde una mujer lo espera. Esa mujer , sin entender, coge su coche y regresa a la ciudad sospechandose abandonada. Conduce con lagrimas en los ojos y sin hacer demasiado caso de la música que suena todo el viaje en su radio. Llega a la ciudad ya de noche. Nada sucede salvo cuando llega a casa sube en el ascensor, se cruza con un vecino se saludan y se preguntan, por cortesia, por sus vidas, ella sin poder evitarlo por mas que lo intenta, comienza allorar, el vecino la abraza sin saber muy bein como actuar, la invita a casa. cenan algo, se toman una copa, charlan, al vecino le llaman por telefono, es su novia, el le cuenta lo que sucede y la novia se enfada, no admite los argumentos para que esa vecina este ahí. Asi trascurre la noche. La novia sale a un bar, se acuesta con un desconocido por una extraña sensación de venganza, el desconocido duerme en su casa y a primera hora de la mañana sale para no tener que hablar con ella. Al salir del portal se tropieza con un escalón que no ha visto, las caidas tienen, siempre, algo de absurdo y esta en concreto aun mas, al hombre se le rompe la clavicula por tres partes y acude a urgencias en un taxi que coge en la calle con un profundo dolor. Llega a urgencias con un dolor profundo.

Justo a esa hora de la mañana, en otra esquina del mundo me levanto. Y recuerdo con imprecisión el sueño. He soñado con un rio, que avanza, las corrientes. Algo que tenía que ver con el extraño orden del universo.

Si lo sé, no lanzo la rama

1 comentario:

stel dijo...

el efecto mariposa.... todo empieza por algun u otro motivo, por absurdo que pueda ser.
buen lunes!
^^

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