domingo, enero 28, 2007

Las dos gringas


Las dos americanas pagaron a la recepcionista con moneda local. Ninguna de las tres mujeres sospechaba como se desarrollarían las cosas a partir de ese momento, pero de algun modo todo comenzaba ahí, el futuro invariable arrancaba en ese preciso momento.
Lo que no sabía con seguridad pero sospechaba la recepcionista es que las dos americanas eran hermanas. Poco mas se había planteado la mujer acerca de las gringas a las que intencionadamente cobraba demás para guardarse aquellos pesos agregados en el bolso con precaución de no ser descubierta por el dueño de la posada. Mientras una de las dos extranjeras contaba, la recepcionista miró al techo y sintió la lentitud del ventilador y la pesadez terrible de aquella mañana humeda. No percibió la sofocada mujer el mismo sofoco en la otra gringa, la que no llevaba el dinero. Las gringas pagaron, recogieron sus maletas y se montaron en un autobus que ella misma les indico donde coger para llegar hasta el terminal de autobuses. Las acompañó hasta la puerta donde los charcos formados por tormenta de la noche anterior se habían convertido en una especie de convención o campeonato de mosquitos musculosos o gigantes y con gestos por verguenza a decir ninguna palabra en ingles indico la parada donde pasaba el bus. Por curiosidad las vió caminar y se volvió, debía comenzar a recoger las camas de las habitaciones pero se sentía agotada y se volvió a sentar. Se quedó dormida en la silla.
En lo que no había caido la buena mujer es que la noche anterior, cuando habían llegado las gringas no eran dos sino tres personas que habían ocupado la habitación. Eso lo recordó luego, según abrió la puerta de la 7 y vió el cuerpo de un hombre moreno extendido en el suelo. Gritó la recepcionista y salió corriendo. Nunca se supo, pero fue justo en ese instante que dejó de funcionar el ventilador de la recepción. El hombre fue identificado varios dias despues, era un italiano con "nombre de mujer" como dijo el dueño de la posada. Andrea Botticelli. Las dos gringas fueron detenidas en el aeropuerto del D.F.
Estuvieron presas en diferentes estados logrando escapar sin volver a ser encontradas. Una compeñera de celda dice que una de ellas la noche antes de escaparse le dijo:
.- Conozco un lugar en México llamado Zihuatanejo, si sales podrás encontrarme allí. Buscame.
El ventilador aun hoy sigue sin funcionar, debajo, inmóvil y acalorada, sigue estando la recepcionista.

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