miércoles, enero 17, 2007

En la estación

Hay momentos que todo se invade por un absurdo tremendo. El absurdo se adueña de la percepción y nada parece tener sentido. Son segundos, un fogonazo en el que te ves ahí, en ese instante preciso y todo parece enormemente disparatado. Instantes donde se cae el celofán y se ve todo de una manera casi exagerada. Hay un montón de gente entrando a los andenes de una estación de cercanía. Hay un momento que el anden está abarrotado, una voz anuncia que en dos minutos un tren con destino a Guadalajara parará en el anden 2. Llega el tren se monta un montón de gente y arranca. Se queda semi vacia la estación, y de repente comienza el mismo ciclo. Se va llenando las estación de gente, se anuncia otro tren y vuelta a empezar. No hay nada raro en esa situación normal, diaria. No hay nada anormal hasta que una buena tarde se le cae el celofán

1 comentario:

stel dijo...

con o sín celofán, los trenes por aquí van fatal y funcionan con retrasos constantes... el tren de buena mañana se convierte en una aventura que te impide saber si llegarás al trabajo a la hora que toca...
besines
^^

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