lunes, noviembre 06, 2006

Puntos

La cicatriz no se borra del todo. Nunca. Es una especie de pincelada brutal, una huella que llueva lo que llueva, pase el tiempo que pase, no termina de borrarse. Hoy he oido a L narrarme el nacimiento de su cicatriz, tan reciente que aun no es cicatriz, es herida viva. L me hablaba desde el aeropuerto y creo que en el fondo no me hablaba a mi, no se termina de hablar al otro cuando se habla por telefono y mas cuando la herida todavia humedece la ropa, la mancha de rojo, ese rojo empalagoso que no se quita nunca de esas ropas que al final se terminan tirando. Hablaba a ritmo desigual, en tonos variables, a veces mas seguro a veces atacado de nuevo por esa sensación de perplejidad cuando no se entiende nada y menos las cosas que suceden de repente. Reconstruyendose y reconstruyendome todo el previo, la antesala para tratar de explicarme, explicarse como es que suceden las cosas que no se deciden. Le he imaginado caminando lento mirando al suelo y a esos letreros que iba traduciendo con inseguridad. Le he imaginado en ese hostal del que hablaba con cierto pavor, le he imaginado caminando por esa ciudad tan ajena que quizá nunca ha terminado de estar en ella, tan extraña. Extraño, expulsado, ex, ex. Todo se le había vuelto lejano y la ciudad le parecía una masa pesada y casi desagradable. Se llora entonces y que bien sienta llorar cuando todo pesa tanto y sabes que la herida termina cerrandose por mas que la cicatriz dure. La herida se cierra y deja de doler y entonces tomas conciencia de que solo queda dejar pasar el tiempo, ese tiempo que de repente se vuelve lento, extrañamente lento.

Luego la he recordado a ella, en la misma ciudad y sin embargo tan terriblemente distante de L. Luego he visualizado dos puntos marcados en el mapa de esa ciudad. Un punto L en el aeropuerto, otro punto ella en una calle, seguramente en una habitación. Y he visto esos dos puntos alejandose el uno del otro irremediablemente, he visto esos dos puntos en el mapa y en el tiempo, lineas que estarían trazadas de antemano hasta ahí. Y luego he imaginado el punto de L sobrevolando y el punto de Ella estático, en esa calle, en esa ciudad lejana, en esa habitación, y he visto que las lineas que se habían ido marcando con cuatro años de antelación se han quedado y que los puntos seguian otras lineas, dibujaban otros mapas, y que esas lineas dibujadas por el movimiento de esos dos puntos en esos cuatro años atrás tenían la forma de la cicatriz.

1 comentario:

stel dijo...

sabes que es lo mejor de todo? que seguiran trazando nuevas rutas en mil mapas, a veces comunes, a veces no... quien sabe si tus puntos se volveran a encontrar...
besines
^^

Mi lista de blogs

Afuera