lunes, noviembre 27, 2006

El locutor. 1ª parte

El Locutor llega al portal de su casa. Es tarde y la calle esta silenciosa, como cada domingo, como cada final de jornada. No piensa en futbol, pero si piensa en que mañana tendrán que salir dirección Berlín, hay partido el martes de Champion. Saca la llave del portal cuando recuerda que se ha dejado en el coche el tabaco y se gira, de repente un hombre se acerca. Es una noche fria y el visitante va abrigado hasta el cuello, con voz ronca le pregunta, diciendo su nombre primero y de manera oscuramente agresiva que cual es , definitivamente, el equipo por el que va.

.- Estoy harto de tus críticas constantes al equipo, de tu euforia cuando atacan los contrarios, de esa manera en criticar al entrenador. De tu actitud, de tu voz, de tus formas

Trata de relajarse ante ese inesperado acontecimiento. De alguna manera siente que su medio campo se repliega y que los extremos se juntan a la contención.

.- Es un trabajo, amigo mio. No tengo un equipo cuando trabajo, ese equipo para radiar me lo asignaron hace diecinueve años y por pura profesionalidad yo doy las noticias, cubro sus viajes y retrasmito sus partidos, pero no le diré a usted de que equipo soy.

Siente que despues de ese ataque agresivo, su defensa se ha asentado y ha lanzado el balón hacia los medios de creación. El visitante primero se calla, pero como si de alguna manera recuperase el balón monta una contra que le pilla desprevenido.

.- Le tengo vigilado, siempre sentí fé en su suerte, estos diecinueve años el equipo ha vivido su mejor racha. Subimos a primera y nos asentamos como equipo de la división de honor, nos hicimos un equipo solido en el extranjero, lgramos nuestros primeros triunfos internacionales, pero estos dos ultimos años usted ha cambiado de actitud y me tiene harto, el equipo está mal y creo que usted es el gran culpable. ¿Que pasó con sus grandes retrasmisiones?, ¿Aquellas narraciones historicos?. ¿Aquella garra cantando el gol de aquella final memorable?. Usted, usted ya no es de este equipo.

El balón al palo. Siente que el contrataque esta siendo terrorífico. Balón a la madera, el asedio del visitante es brutaly siente que se axfisia ante tanta presión. El entorno se le vuelve en contra. La calle está, o al menos eso siente, cada vez mas oscura, la temperatura ha descendido y las luces de todas las casas estan pagadas. Le viene a la mente esa sensación que ha tenido las noches de grandes partidos cuando baja con su compañero ha pasear por el campo cuando ya lo apoagan. Esa sensación de estadio vacio, de gradas fantasmales, los ecos de gol o gritos contra el arbitro que aun reverberan en el cemento de los fondos.

.- Mire amigo. Nunca he bajado la guardia. Retrasmito siempre con la misma emoción o con la emoción que lleva el partido, mi función es hacerle llegar a gente como usted lo que sucede en un campo al que usted no puede acceder. Opino por lo que esta sucediendo en el terreno de juego, pero nada tengo yo que ver con las victorias o derrotas de su eqipo.

Despeja de mala manera el balón, pero el rechace lo recoge el visitante.

.- ¿Mi equipo?,¿Dice usted mi equipo?. ¿Es usted un farsante?. ¿No es acaso también su equipo?. Mire amigo, dejeme que le explique algo. Si el equipo no gana la semana que viene, si su fuerza no vuelve a nuestros trasnsistores- saca de repente una afilada navaja que pega al abdomen blando del locutor- se tendrá que arrepentir.

Es entonces cuando suena, o ese siente, el pito del arbitro anunciando, sin descuento, el fin de la primera parte. El vistante se gira y se pierde en la oscuridad de su calle, en el frio de esa noche de domingo de noviembre.

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