viernes, junio 26, 2009

Dia 1

Son las 9:26 de la mañana. Claro, este dato no es del todo cierto, porque, por ejemplo, en Buenos Aires o en Caracas no lo son. Acabo de despegar en busca de un destino incierto. Abajo queda la ciudad, las calles, mi vida terrenal. Salgo, asciendo y empiezo a integrarme en suave transición con la atmósfera. Mi velocidad es alta. Subo. De repente la tierra se convierte primero en un balón de futbol, luego en pelota de tenis, termina convirtiendose en el punto de la i para finalmente hacerse tan minúscula que se duda de su existencia. Avanzo por el vasto universo. Sigo. Manejo una XV-78, la máquina estrella de la agencia. Pequeña, pero admirablemente precisa. Veloz y con los mejores localizadores espaciales creados hasta el momento. Confortable, ideada para los viajes unipersonales. La XV-78 cuenta con el mejor estabilizador externo y con el visualizador local para navegar lejos. Digamos, sin abandonar la modestia, que la máquina fue e creada para esta misión que empiezo. Yo fui entrenado para esta odisea, la máquina fue creada para este viaje. LA XV-78 y yo nacimos, casi, para encontrar el mismo destino. Soy el primer Cosmonauta que avanza mas allá la primera galaxia. Mi misión es narrar diariamente las peripecias de este viaje galáctico. Soy el primer explorador. Enciendo la A-Sound 2, el equipo de música ideado para hacer mi viaje mas ameno. En la agencia conocen mi melomanía. Escojo la primera canción que sonará en este inabarcable viaje. Suenan las primeras notas. Me sobrecoge el sonido de la música en este entorno infinito. El símbolo de la humanidad en esta pradera que no acaba. Puedo tararear acompañando esta melodía, los sentimientos humanos. Me siento parte, de repente, de ese colectivo casi invisible, soy un humano en medio de la nada. Me rodean piedras, otras piedras que se sostienen en la nada. Gravita mi nave, gravitan planetas, gravitan mis primeras emociones. Gravita la música, mis oidos perciben esa voz. MI cuerpo es una celda. Gravitan mis recuerdos y avanzo con la nave. Recuerdo a mis hijos, los imagino transitando por las calles de ese lugar que desde aquí ya no se ve. Siento nostalgia repentina por mi planeta, el lugar al que pertenezco. Enciendo la emisora. Saludo a la agencia. Oigo bullicio, la celebración de mis primeros pasos allí. Llevo el destino de tantos en mis manos. Hablo, describo el entorno. Oigo un aplauso ensordecedor. La voz del director de la agencia impulsándome, dándome fuerzas. me hacen una entrevista en directo. mando un beso a mis hijos. recibo felicitaciones por miles de voces que no identifico. Corto y avanzo. Bien visto esto es una larga carretera de asfalto invisible. Escogo otra canción para seguir en esta larga noche. Ahora siento que el viaje real, ha empezado. Anoto posición el el cuaderno. Anoto sensaciones. Todo se repite pero nada es igual. Reconozco esos lugares que tantas veces estudié. El plan es exacto. Acelero pero apenas noto el cambio de velocidad. Tarareo en voz alta, mi voz atraviesa el espacio. Estoy tan lejos de casa....

Manuscrito encontrado en una XV-78. Fechado dos siglos antes.

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