domingo, diciembre 07, 2008

Los vecinos

Los del piso de al lado nunca estaban. Era ese tipo de ausencias que siempre generan curiosidad. ¿Donde están?, ¿Trabajaran fuera?. A menudo nos surgía la duda y especulabamos. Como casi nunca les veíamos, nos creabamos cualquier tipo de ficción para comprender el vacio casi permanente de ese piso. Al principio sabiamos que venía un tipo que sospechabamos extranjero, una madrugada escuchamos que hacían el amor, pero al no ver en esas pocas visitas mas que al tipo de apariencia nordica, rellenamos la falta de información imaginando que este venía a la ciudad por trabajo y muy esporádicamente, que esa noche habría ido algún bar y la que acompañaba en aquella noche no era mas que una amante pasajera, pero algunos meses después empezamos a ver que de vez en cuando venía otro tipo, del que descubrimos muy pronto que era italiano y una chica a la que nunca escuchamos la voz, pero que era realmente atractiva. Durante un tiempo, no siempre a la vez, y por periodos muy breves estos eran los que venían a la casa. Luego descubrimos que la chica era italiana también, pero cuando descubrimos eso también vimos que aparecía en escena el que imaginamos su pareja, a los que un par de noches también escuchamos haciendo el amor. Su pareja, por el contrario, no era italiano sino mexicano. Durante el primer año o primer año y medio eso fue mas o menos lo que ocurrió. Aparición del hombre con aspecto nórdico. Noche sexual del nórdico, apariación del italiano e italiana que no eran pareja, aparicion del mexicano que era pareja de la italiana. Lo desconcertante fue a partir de ahí. El méxicano pasa una noche con una chica que sospechamos de la ciudad, en esto si casi no tenemos dudas en otorgarle el papel de relación de una noche. Al dia siguiente aparece el nórdico, la amante esporádica del mexicano se va. Noche sexual entre el mexicano y el nordico. Dos dias después aparece la italiana. Primera gran discusión, no comprendemos nada, primero por que las paredes dificultan la comprensión, segundo porque la discusión cambia de idioma cada dos o tres frases. Los idiomas entre los que se mueve el agitadisimo diálogo van del español al italiano, de ahí al ingles y brevísimos episodios en frances, lo cual nos hace sospechar que el tipo que imaginabamos nórdico bien puede ser frances. El mexicano se larga de un portazo. Aquella tarde ibamos a ir la cine y abandonamos el plan por el único mótivo de saber en que terminaría aquello. DUrante dos horas hay silencio. Al cabo del rato no sabemos si uno, o bien la italiana o bien el nórdico que ahora imaginamos frances, o bien los dos, se pone una película que yo adivino el título al escuchar uno de los diálogos: Whisky. Una formidable película uruguaya. Esa noche no escuchamos nada mas. Tampoco dos noches después. Al cabo de unos dias de nuevo no hay nadie. Pasan algunas semanas, aparece el italiano con el mexicano, duermen una noche y se van. Pasan mas semanas. Vuelve la italiana con el nordico-frances, la segunda noche hacen el amor. Eso termina de desubicarnos y destroza cualquier teoria que hubieramos creado alrededor de la vida de esos enigmáticos vecinos. La quinta noche, y en aquel momento concluimos que es el periodo mas largo que ha habitado gente en esa casa, salimos al balcón, hace una estupenda noche de verano y les vemos apoyados en la barandilla de su balcón. Están abrazados como una pareja realmente enamorada. Saludamos timidamente, pero hay algo en nosotros parecido a a cuando ves a un personaje del cine pasar a tu lado en la calle, una sensación entre lo cercano y lo lejano muy desconcertante. Fumamos un cigarro y nos despedimos. Esa noche ellos hacen el amor, también nosotros. Al dia siguiente llega el mexicano. Segunda gran discusión. Hay gritos en todos los idiomas, pero no sacamos nada en claro, salvo que el mexicano insulta esporádicamente con jerga muy chilanga. Alguien golpea la puerta y se va. Durante una hora y media nadie habla, con lo cual no descubrimos quien es el que se ha largado. Pasado ese rato escuchamos al nordico-frances, segundos después escuchamos la voz del mexicano. Conclusión sencilla, el golpe en la puerta ha sido de la italiana. Al dia siguiente la casa se queda vacia por un periodo mas largo que nunca. el primero que aperece pasado ese tiempo es el italiano, dos dias después la italiana, tres dias después el nórdico-frances. Pasan siete dias con bastante calma. Apenas están en casa y cuando lo hacen trasmite ese hogar una enorme tranquilidad. En esos dias ven Muerte entre las flores y las tres primeras de la saga de Harry Potter. Se va el nórdico-frances, la italiana y el italiano hacen el amor. Nos encontramos tan confusos que hacemos un diagrama sexual, por llamarlo de algún modo, en la pizarra de la cocina:

Italiana con Italiano, italiana con Nordico-Frances e italiana con Mexicano. Mayor freuencia con Mexicano y nórdico-frances, pero por frecuencia e intensidad en sus gemidos, mayor placer con el italiano.

Mexicano con italiana y nórdico-frances, frecuencia semejante, pero mayor placer deducida por el mismo método, con el nórdico-frances. Esa misma anotación sirve para el nórdico-frances.

El italiano con la italiana. Sin conclusión aún en el grado de placer.

Al dia siguiente el diagráma sufre su primera variación. Aparece el mexicano. Esa noche, que sabemos, gracias a la mirilla, que la italiana ha salido sola, el italiano y el mexicano hacen el amor. Primera anotación en el grado de placer para el italiano, a quien sin duda le gusta mas la italiana. No así el mexicano, quien alcanza su cuota máxima de placer con el italiano.

Aparece en escena, entonces, la francesa. El diagrama de la cocina se vuelve el entramado complejo de una formula matemática. Las variables se multiplican y mi obsesión con la francesa es cada vez mas creciente. De alguna manera me siento identificado con el mexicano, que sospecho le sucede lo mismo que a mi. Comienzo a tratar de introducirme en ese fascinante mundo sin que Margarita sospeche nada. Tras dos años y medio o tres, logro entrar por primera vez en esa casa, lo hago de mano del nordico-frances, que a esas alturas ya sabiamos que era Belga. Margarita, por el contrario, no sabe nada y ella anota en la pizarra la aparición sorprendente de un español. En la pizarra el español tiene una frecuencia brutal con la francesa y la italiana pero minima con el belga y el mexicano, con el italiano no hay ni un solo contacto. En la pizarra se deduce que el español aumenta en su escala de placer con la francesa, luego con la italiana. Explicar el año siguiente es complicado, explicar lo que sucedia y el porque de ese piso es complejo y dificil, a estas alturas doloroso, pero nad fue igual desde el dia que el italiano y una desconocida para española aumentaron desquiciadamente la frecuencia.

Margarita se fue. En ese piso ahora habita una pareja de cuarenta con dos niños, uno de seis y otro de tres. Yo estoy buscando piso

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