martes, agosto 16, 2011

Encuentro con el absoluto

He despertado, por la ventana abierta ha entrado el sonido de los pájaros en esa hora amable del principio de la mañana. Era un pájaro, pero eran todos los pájaros, los que están vivos, los que murieron, los que vivirán y aún no existen. Eran todos. No uno detrás de otro, no una secuencia eterna de pájaros. Eran todos, uno, el mismo. Un pájaro del año mil doscientos seis y uno de dos mil setecientos dieciocho. Eran todas las bandadas de pájaros emigrando por siglos, por milenios, por el tiempo, ese bloque total e indivisible que es el tiempo. Era el pájaro total.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Todas las vidas manifestadas en un solo trino.

CL

Mi lista de blogs

Afuera