domingo, diciembre 19, 2010

Nostálgico

Había mucha gente y ahora no hay nadie. Había un ruido agradable parecido a un descenso, como agua que corre. Había más cosas, pero era todo relativo porque ahora no hay nada de eso y sin embargo todo es tan distinto. Ahora están estos árboles tan solemnes, tan presentes, tan sólidos; antes también estaban, claro que si, pero de algún modo estaban integrados, ahora todo se ha deshilvanado, todo ha perdido la relación con lo otro. El bosque se ha quedado descolgado. Cada elemento está fuera. No digo que estos ea desagradable: Me agrada la tierra húmeda, la hierba potente emergiendo como un suspiro profundo, los mismos árboles, el silencio ligero, la capa invisible de humedad que sostiene todo y sin embargo ahora nada sostiene. El olor antes se sumaba a las cosas, ahora viaja ajeno. Es agradable su esencia, pero antes se ligaba a las cosas, se sumaba, ahora nada sigue a lo otro: árboles independientes, olores que deambulan como almas liberadas, humedad que se sostiene únicamente a si misma. Estoy aquí, sigo aquí. Tantas veces he visto este paisaje, este instante congelado. Afuera el tiempo sigue, y de él hay evidencias, las ramas han aumentado su tamaño, las hojas, el flujo del agua de ese río que desde aquí no veo. Nada sigue igual, es invisible el cambio, pero ahora todo, para mi está independiente, descolgado, ajeno. Inicialmente era una comparsa, una orquesta siguiendo un camino melódico trazado de antemano, ahora es instrumentación independiente, solos en medio de solos. Sigo aquí, percibiendo el detalle y a cada cambio sintiendo un grado más de nostalgia. Todo va.

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