jueves, abril 29, 2010

Money

Consciente e la poca importancia de ello, Roberto Cunqueiro dedicó su vida a la búsqueda insaciable de una canción perdida de Money, grupo de Punk de la escena más radicalmente underground de México. Money no fue un grupo popular, publicó dos EPs con cinco canciones y un largo del que vendieron poco más de 2000 copias. Grupo de directo devastador eran conocidos por sus actuaciones incendiarias en locales terribles de la noche del Distrito federal. Un concierto de Money empezaba a todo trapo y terminaba con hogueras en el local, con mesas sobrevolando y alcohol emulando la lluvia. Los conciertos no tenían fechas, los seguidores de Money debían andar alerta cada noche, los anuncios de sus conciertos eran repentinos y poco publicitados, había quien sabía seguirles la pista. Dejaban señuelos, indicaciones indescifrables que sólo unos pocos sabían leer para lograr encontrar la hora, fecha y local exacto donde tocarían. Conocidos también por las relaciones turbulentas entre sus miembros, el cantante y guitarrista de Money era además dirigente de un grupo rebelde de extrema izquierda con vestigios de violencia que llegó a formar un minusculo, pretencioso y algo ridículo grupo guerrillero que correteaba por el estado de Michoacán, solía tener enfrentamientos violentos con el bajista en mitad de sus directos. A quien quiso ver en aquello una maniobra publicitaria, una forma de espectáculo, pero Paul Dominguez confesó a algunos íntimos que el trato con Marc Elizondo era imposible que desde el tercer día que se conocieron apenas se hablaban salvo para comunicarse algunas variaciones y cambios de sus canciones brutales. Roberto Cunqueiro, seguidor con pasión inmensa del grupo desde su adolescencia y ya pasados los años de fervor y cuando money se deshizo y sus miembros desaparecieron en el anonimato de una ciudad que devora, se entregó a la creación e investigación de una biografía de la formación mas punk de la historia (Así rezaría el subtítulo de la biografía). Se entrevistó con sus miembros, con periodistas musicales de la época, con dueños y promotores de locales y conciertos, con fans envejecidos, con parejas de la época, con familiares e incluso con el técnico de sonido de su obra grabada. Fue ahí cuando Roberto Cunquiero supo de la existencia de una canción desconocida, una canción que fue la última que se grabó y que, eso lo supo después, fue la que les llevó a la disolución.

La canción, descrita por el técnico como una joya, una rareza indescriptible, un camino musical inexplorado. "Ahí había experimentación, pero había mucha belleza. Aquella canción no era, claro, Money. No era punk, no era ruido sin control, no era simpleza. Aquella canción era elevada. Aquello habría un nuevo camino a Money. Money dejaba de ser Money en aquella canción. Las diferencias de criterio a la hora de afrontar aquel cambio fue lo que supuso la ruptura definitiva. El mayor error de la historia de la música pop. Si money hubiera seguido por aquel camino hoy hablaríamos no sólo del mejor grupo de la historia de la música mexicana, sino seguramente del mejor grupo de la historia. Money tenía la posibilidad de haber desbancado a Los Beatles del trono definitivo. Aquella canción hubiera supuesto un cambio histórico absoluto, hubiera reescrito la historia y Money no quiso acudir a la llamada"

En las siguientes entrevistas con los miembros Roberto Cunqueiro sacó el tema de aquella canción. Ellos se escapaban de la pregunta con rapidez y nerviosismo "Aquello fue un error. Nunca debimos hacerlo. Lo mejor que hizo Elizondo en su vida fue quemar la grabación" Cuando Cunqueiro preguntó sin embargo a Elizondo por ello este contestó que nadie quería asumir la responsabilidad de aquella creación: "Nosotros éramos Punk y aquello nos desvelaba, nos revelaba como uns compositores que no queríamos ser. Lo mejor que hizo Paul fue quemar aquella grabación" La culpabilización siempre al otro de la quema de la grabación hizo que Cunqueiro sospechara que aquella canción anduviera por algún lado, oculta en algún lugar, en algún apartamento del Distrito Federal.

Cunquiero pasó los siguientes años de su vida buscando aquella grabación. Recorrió medio país, indagó, husmeó, se coló en casas, abrió puertas de apartamentos habitados para registrar cajones y no había señas, no había resquicios de aquello. Años después movido ya por una forma de existencia que ya ni se planteaba llegó a Puerto escondido, cogió un taxi hasta Mazunte. Siguiendo unas indicaciones mal dadas, confusas, recorrió aquel pueblo, alcanzó una casa de madera, enterrada entre palmeras y vegetación. Tocó un timbre que colgaba de mala manera y salió un anciano. Le contó lo que buscaba y el viejo le invitó a pasar. Se sentaron en una sala abierta, unas sillas de bambú que miraban al mar. El viejo le ofreció ron y un cigarro. Entró y comenzó a sonar una música. Cunquiero supo sin dudar, sin que el viejo se lo afirmase, que aquello que sonaba era la canción perdida de Money y se llevó una inmensa y profunda decepción.

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