miércoles, mayo 27, 2009

Fotogramas

Las películas nunca empiezan, en las salas, a la hora que anuncian. Compras una entrada para la sesión de las 21:15, pero realmente la película empieza a las 21:19 o 21:22. Primero un anuncio, luego un trailer que te destripa una película, luego los logos de las diferentes compañías que colaboran en la producción, las cabeceras introductorias que van abriendo la película. Y así, varios minutos después arranca la historia en la que involucrarás o no durante hora y media o dos. Así son los ritos de las salas de cines, la ceremonia de apertura es siempre la misma. En la primera escena todavía pasa alguien por la fila de adelante, mientras una frase imprecisa que quizá luego sea importante sale de boca de una actriz dirigida casi en silencio a un tipo que mira hacia la nada. Luego ya se sucede el viaje, agradable o no, pero ya va sucediendo en esa sala que hoy está medio vacía. Muchos asientos libres, espectadores esparcidos por la sala como un resto escaso de agua en una acera sometida al duro calor de una tarde de verano. Así avanza la película cuando de repente se ve una especie de quemadura instantánea que se abre en el blanco inmaculado de la pantalla y de repente todo se detiene, queda coleando el audio unos segundos pero de repente todo queda en silencio y sólo iluminado por un blanco, eso si, hermoso. Los escasos espectadores aguantamos unos segundos alguna respuesta, esa tendencia humana de esperar las respuestas de una luz blanca y que jamás viene. Al rato, quizá medio minuto, alguien se pone en pie, seguido, como siempre , de la mayoría. Primeras voces en alto proponiendo algo, exigiendo a una sombra invisible, a un posible técnico en la oscuridad, que solucione la situación, pero no hay respuesta, primer conato de indignación colectiva. Entonces la masa reducida de espectadores casi al unísono decide ponerse toda en pie y salir de la sala a arreglar la situación en la taquilla, con alguien que se responsabilice de la situación, pero cuando la masa escasa de espectadores va a salir de la sala, la puerta de la sala está cerrada con llave y entonces, entonces las cosas se complican. Hay agitación, espectador C7 golpea la puerta acompañado por Espectador H9, espectador D6 me mira preocupado y me dice:"esto va para largo". Yo miro a espectadora F8 que mira a espectador A5 golpear, también, impotentemente la puerta. No hay respuestas. Ante lo absurdo de la situación me siento en una de las butacas, varios espectadores me acompañan colocándose cada uno en un lugar al azar. Trato de descifrar que figura extraña formamos colocados tal como nos estamos colocando en las butacas, anárquicamente, cada uno separado de los otros. Espectador A5 vuelve a gritar, es casi un grito de auxilio. Silenciosamente todos vamos comprendiendo que la situación es absurda pero se extiende y que hasta que no aparezca nadie de ahí no salimos. Estamos todos sentados de repente de la pantalla blanca viene un aviso, un primer fogonazo, parece el arranque, de nuevo, de la película. Todo el mundo se coloca esperando continuar pero no, lo que aparece en la pantalla somos nosotros mismos. Como si una cámara colocada en la misma pantalla nos estuviera encuadrando. Es inevitable mantenerse un buen rato mirando la escena que se repite, exacta en un lado y otro. EN la pantalla nosotros, en este lado no proyectado, nosotros. Me reconozco allí sentado, no tan lejos de espectadora F8. Espectador A5 se pone en pie sin dejar de mirar la pantalla y se gira allí y aquí, en la pantalla se le ve de espaldas aquí le vemos de cara a nosotros:

.- Pero ¿Esto que es?

Nadie contesta. Todos miramos allí y aquí. Esperando que en la pantalla suceda algo que aquí no sucede, pero no es así, allí y aquí es lo mismo. Algunos espectadores, eso lo se por la pantalla, miran a su lado y vuelven a mirar al frente. En general miras y recorres la pantalla, te ubicas a ti mismo allí pero visualizas el plano completo y reconoces a los diferentes espectadores que segundos antes habían reaccionado de diferentes maneras en la puerta que no se podía abrir. Mi trama, por que el asunto mucho tiene de crearte tu propia trama allí, que es aquí, pero es allí, consiste en seguir con cierta atención a Espectadora F8. Espectadora F8 mira la pantalla entre asustada y sonriente. Por un lado parece sentir cierto temor ante la situación inexplicable pero por otro parece disfrutar de ese incomprensible instante. Me pongo de pie solo por verme de píe allí. Me vuelvo a sentar. Espectador A5 que por alguna razón se siente lider del movimiento de espectadores habla sobre no se que actividades a realizar. Yo le veo hablar allí que parece menos real. Observo a A5 hablando en la pantalla como parte de una trama. Giro mi ojo hacia F8 que de repente, me mira desde allí aquí. Es decir, ella aquí me mira allí, pero yo veo a ella allí mirándome aquí. y de repente veo que, allí. Me levanto y avanzo entre las butacas con la torpeza habitual del que avanza entre butacas. Alcanzo a F8 y me siento a su lado, me quedo viendo el inicio de su diálogo. Sin conocerse, sin conocernos, F8, que en esa butaca, justo a su lado paso a ser F7, hablan estando de acuerdo en sus impresiones sobre A5 que sigue proponiendo y activando un plan de ataque ante el encierro colectivo. Veo que F8 y F7 sonríen y hablan de lo curioso de la situación. A5 se apuesto en pie, ha avanzado hasta la pantalla y se ha enfrentado a su imagen proyectada. F8 y F7 van bien, su dialogo, aunque algo irreal se sucede en un tono interesante. F8 reconoce que lo bueno de la situación ha sido conocerse, F7 sonríe allí, que soy yo aquí, y le dice que si, que es genial. F7 entonces coge la mano de F8 y la besa, besa primero su mano y luego sus labios. Y A5 desde la lejanía, indignado, enfurecido dice que no puede estar sucediendo esto como una comedia romántica, que esto es drama social y F8 y F7 se besan, lo veo allí cuando lentamente funde a negro mientras suena la música y suben los créditos. Y todo acaba y sigue allí, aquí y suben los créditos y se abre la puerta y se enciende la luz de la sala y me pongo en pie. Salgo, reconozco a algunos personajes y pasa a mi lado F8 y pienso:"en realidad nos conocemos", pero sigue de largo y yo me vuelvo a casa, como tantas noches, como cada noche. Y apago la luz y duermo solo. Y mañana, como tantas mañanas mandaré la crítica al periódico y no se, quizá le ponga tres estrellas.

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