sábado, mayo 09, 2009

Night Paraiso Club

Nurita trabajaba en club de prostitutas dirigido por una gorda con acento extraño pero no extranjero. LA gorda no podía ser mas hija de puta y su club era feo, caótico y olía, siempre, a desinfectante con aroma de fresa. Nurita echaba pestes de su trabajo, de la gorda y del club, pero luego la veías allí, por las noches, trabajando y parecía la puta mas feliz del planeta. Nurita se hubiera llevado, todos los meses, el honor de empleada del mes si la gorda hubiera decidido inventarse estrategias balurdas de motivación de personal, asunto impensable en semejante club, en tal agujero. Yo me acostaba con Nurita a media mañana, que era cuando se despertaba y era el rato que no era puta, sino algo así como mi novia. Hablábamos mientras tomaba café en la cocina de su apartamentucho, me contaba la noche sin contarla. Nurita siempre tenía el recato de contarme su noche sin hablar de sexo, de no describirme clientes y me hablaba de las triquiñuelas de la gorda y de las presiones a las que sometía a Nurita y sus compañeras. Luego hacíamos el amor de una manera extraña porque yo me esforzaba en no imaginármela trabajando y ella exageraba los gestos para hacerme creer que yo era especial. A mi me gustaba Nurita no por el sexo, o a pesar del sexo que fue el terreno menos afortunado mientrase fuimos novios o lo que el diablo quisiera que fuéramos en aquella época. Yo me largaba después del mediodía y no nos volviámos a ver hasta la media mañana siguiente.

Fui dos veces al club. Una por curiosidad y otra por que el grupo de amigos me arrastro, desconociendo mi relación con Nurita. Ninguna de las dos veces Nurita me saludó. La primera vi que se iba con un tipo de unos ciento setenta kilos y yo pagué por acostarme con una tipa que resultó ser su mejor compañera. Eso lo supe al dia siguiente, en medio de una discusión basada en un sin sentido, porque todos esos sentimientos de posesión y celos no tenían sentido con Nurita. La segunda vez pagué por acostarme con Nurita. No la saludé, la traté todo el rato como un cliente. Al terminar el sexo, me puse en pie, me vestí y le di el dinero, me preguntó que porque hacía eso. No contesté. Nunca hablamos de eso. A la mañana siguiente, al contarme la noche, como siempre, evitó describirme a sus clientes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este post es LO MAS!!!

La gorda y el club!! Si pudiera ponerle un "favorito" a esto como se hace con las fotos de flickr o los comentarios en facebook, lo haría sin pensarlo!


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