jueves, enero 31, 2008

Acuático

Había tortugas y moluscos alrededor. El movimiento casi de danza de las algas y plantas marinas parecía una especie de bienvenida y ahí iba yo, sin saber muy bien que pintaba en medio de ese paisaje marino. Caminé despacio, el agua pesa y ese peso del agua disminuía mi velocidad a la cámara lenta. Así que avanzaba casi sin avanzar pasos en lso que me quedaba sobrevolando brevemente y volvía alguno de mis pies al suelo, un suelo que cada vez que pisaba lanzaba casi coreográficamente un poco de arena hacía arriba, como una especie de celebración de un nuevo paso. Me encontré con unos peces. Nos miramos, ellos vs yo, con cierta inquietud, con respeto y no sin cierto temor. Ellos frente a mi y durante unos segundos sentí envidia de las escamas y casi lo reclamé, lo dije en alto aunque aquello supuso un movimiento de burbujas que no gustó del todo al pez: "Claro.... (Dije).. es tan fácil así, con escamas, tan en tu entorno que casi no tiene mérito". Frase que motivó a que todos se dieran la vuelta y se largaran de ahí, dejandome de nuevo en la soledad submarina, que tiene, si se me permite, bastantes parecidos con la soledad terrestre. Así que caminé un poco mas, ví el que podría ser el jefe de un banco de peces, lo que me hacía pensar en un banco de los de los hombres y casi casi pido un crédito, lo cual, bien pensado, hubiera sido casi surrealista. Imaginate...¡¡pedir un crédito bajo el mar!!. No hablé con el jefe, evidentemente los peces no hablan, pero no voya negar que si hay cierta comunicación. No se si será sugestión, pero me dió por pensar que había cierta telepatía entre ellos y yo. No hubo palabras, auqneu yo lo intenté un par de veces, pero si un dialogo callado por el cual entendí que ellos aceptaban mi presencia si yo no me ponía en plan humano y montaba ahí un parque tematico o una urbanización. Les expliqué, telepáticamente, claro, que mi capacidad de aguantar horas y horas bajo el agua no era una caracteristica de los humanos, al contrario, que para mi había mucho de sorpresa en llevar tanto rato bajo el agua y no necesitar oxigeno y que por lo tanto la idea de sacar rentabilidad a mi situación noi era conveniente y por supuesto nada rentable pues nadie compraria una casa ahí, nadie salvo algún buzo fanático excesivamente entregado. Así que ellos aceptaron mi presencia, o eso creí entender yo de ese dialogo mudo y caminé entre sus rocas sin riesgo de ser atacado. El conflicto, el verdadero conflicto llegó a la hora de comer, a mi me gustaba todo aquello, y tal como estaban las cosas fuera, había decidido quedarme ahí para el resto de mis dias, pero claro, ellos comen no se que peces muchísimo mas pequeños que ellos que a mi, ciertamente, no me parecen nada apetitosos y sin embargo ahí había algún Atun, que es un pescado, como bien sabe mi madre, que me vuelve loco. Disimuladamente seduje a un hermoso atún, lo lleve tras las rocas de la derecha y conversamos, siempre telepáticamente, sobre la compejidad y las diferencias entre mundo submarino y el mundo de la superficie.Una vez seducido por mi buen verbo, telepático, siempre telepático, lancé un ataqúe sútil y preciso y le di muerte ese hermosisimo atún que me iba a zampar ahí, en ese rincón escondido. Fui descubierto, condenado y expulsado. Ahora vivo en la montaña solo como carne de res. Pero los últimos analisis de sangre no han sido muy satisfactorios. Debo cambiar la dieta.

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