miércoles, enero 23, 2008

Otra noche en la tierra

Desde esta ventana veo otras ventanas. Imagen sin audio. No se escucha lo que suena ahí, en eso que miro. Hay una mujer mayor que está sentada, tiene algo que no distingo en la mano y mira al frente, veo los refelejos de la televisión proyectandose en la pared, detrás de ella. Nos separa una avenida y entonces la veo pero solo escucho el sonido de los coches que pasan a esta hora por debajo. Veo otras ventanas, una pareja de unos cuarenta años, se mueven indescifrablemente por la casa, ella aparece se mueve por el salón, hace algo que no comprendo y desaparece, ahora aparece él, coge algo de un mueble y desaparece. Bien visto parece una especie de danza, un ballet de lo cotidiano. Parecen, por otro lado, movimientos ensayados, es curioso como la realidad nos impone un ritmo, un tempo y parecemos actuar dentro de esa especie de sinfonía. La pareja parece un movimiento dentro de una sinfonia, van sincronizados en ese ajetreo que no descifro, el aparece, hace algo, desaparece, ahora ella, se mueve, busca algo, mueve algo y desaparece, ahora los dos, como parte llena de sincronía dentro del numero, como patinadores artisticos deslizandose por el hielo que es la realidad, el presente. Giros en esta aparición , el se mueve cerca de ella, se ve que hablan, ella se desplaza, pasa a su lado y el gira hacía atras, hace un gesto con la mano, señala algo y ella se vuelve desplazar. Hay algo tan preciso en todo eso, tan exacto, tan definido que solo las cosas ensayadas, preparadas de antemano parecen darnos ese efecto y sin embargo esto es real, esto es lo que sucede sin saber que va a suceder y es preciso y definido por que nada se sabe del siguiente segundo, de lo que vendrá. Entre las ventanas de allí y mi ventana la avenida que deja pasar los coches, automóviles que parecen no llevar gente dentro, máquinas que pasan hacía arriba o hacia abajo momentaneamente y se pierden, parte de la pieza. Cada coche sin embargo con su dirección, un lugar al que van. Una casa, un bar, una cena, una cita, una pelicula coches que son decisiones tomadas o no tomadas de antemano. Van, pasan y se pierden, el semáforo que marca el ritmo a seguir. Ese es, en cualquier caso el audio, el sonido de lo que veo, si miro desde aquí las ventanas eso es lo que lo acompaña, el flujo de coches y motores, parte de este instante, que va variando constante, imperceptible.

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