domingo, julio 09, 2006

Viduka, el detective.

Ayer pensé en el argumento para un cuento o quizá algo mas largo. Un detective al uso, de estos prototípicos de novela negra, algo mediocre, poco culto, pero con una intuición bárbara. Unica condición que le ha llevado a vivir de esa profesión. Una intuición casi sobrenatural. Caer, ademas, en todos los clichés sobre el detective de medio pelo; casi alcoholico, bruto en formas, muchas noches se va de putas al terminar el trabajo. Su oficina, su mínima oficina, está en algun suburbio de una ciudad, tras una ventana tapada por el cartel de un hotel barato. Algunas noches duerme ahí, con los pies apoyados en la mesa llena de papeles desordenados. Un hombre, por supuestísimo, muy solitario. Le encargan desde una compañía, quizá una multinacional, investigar la verdad sobre un extraño acontecimiento. El tipo, sin saberlo, comienza una investigación sobre la verdad absoluta, la verdad total, la verdad del universo, la verdad definitiva. La objetividad. La investigación encargada a este hombre tras la sombra invisible de la multinacional, se convierte en la busqueda filosófica de la verdad abstracta. Nuestro detective viaja así por la reflexión, su investigación va siendo inicialmente en los hombres, pero termina, quizá con la razón ya alterada, buscando formas que den respuestas en el universo. Su investigación, claro está, termina siendo un fracaso.

Le llamariamos Viduka en tributo al bueno de Viduka, delantero de la selección Australiana de futbol, que a su manera tambien buscaba la verdad en el area de los italianos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué gran nombre para un detective: Viduka!
Este mundial nunca fue lo mismo desde que Viduka nos dejó.
Tú, como Borges, crees en la filosofía subyacente a la literatura de detectives...
Hoy Zidane lo aclarará todo.

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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