miércoles, julio 05, 2006

Paja mental

Escribir un orgasmo no es un orgasmo. Es otra cosa. Es la abstracción del orgasmo. Pero en el acto de escribir se va recorriendo el orgasmo, las sensaciones mas precisas de esa abstracción. No se recrea el todo, se recrean esquinas de ese abstracto llamado orgasmo. Es imposible trascribir ese todo, pues no existe. Es un algo difuso, inmenso, inabarcable. La palabra no lo delimita. Si escribo sobre el orgasmo hay una leve evocación, una traducción de determinadas esquinas emocionales en ese todo emocional, pero no hay ni siquiera una miniatura del orgasmo. No es un problema de dimensión, es un problema de delimitación. El orgasmo, como orgasmo, existe cuando concluye, cuando ha dejado de existir. Solo en su fin sabemos que ha existido, cuando ya solo podemos recordarlo. Escribir sobre ese momento impreciso, constantemente variable, es recordar, pero jamás podriamos escribir un orgasmo. Hay está, quizá, el secreto del orgasmo (y de escribir), que como la vida, es escurridizo, creciente, variable, inabarcable. Hay está, quizá, parte del secreto del tiempo, que cuando se llega a el, ya no está. Todo podría ser una enorme e infinita abstracción. Todo, y el todo es la abstracción absoluta, sería parte de una abstracción total. Definitiva

5 comentarios:

illot dijo...

me encanta el título.

stel dijo...

absolutamente cierto.
describir una sensación como esta es demasiado difícil (y demasiado personal o particular..).
muaks,

Anónimo dijo...

No soy un usuarion anónimo, soy el bueno de Klingsor...
Me ha gustado mucho, mucho, mucho tu reflexión existencialista sobre el trabajo. ¿Has leído Doctor Zhivago? Me tomo la molestia de teclearte un fragmento, es una reflexión de Yuri Zhivago en su diario:

¡Cuántos pensamientos atraviesan la mente, cuántas cosas nuevas se piensan, cuando las manos se ocupan en un trabajo material, físico, en un trabajo rudo, cuando se nos proponen tareas razonables, realizables con las manos, y nos compensan con la alegría del éxito, cuando durante seis horas seguidas se desbasta con el hacha un tronco, o se cava la tierra bajo un cielo desnudo que nos quema con su aliento sereno! Y que estos pensamientos, estas intuiciones, no se pongan sobre el papel, sino que se olviden en toda su momentánea fugacidad, no constituye una pérdida sino una ventaja. Anacoreta de la ciudad que fustigas la imaginación y los cansados nervios con un café fuerte o con el tabaco, desconoces el excitante más eficaz, que consiste en la necesidad real y en la buena salud.

Henry S. dijo...

Joder, que bueno!!!

Anónimo dijo...

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