martes, enero 10, 2006

Homenaje

La niña mantiene un silencio agradable. La mirada en pausa, detenida en los objetos, observandolos con tolerancia, dandoles la importancia universal de que cada objeto este anclado en su sitio justo, en el punto exacto donde estan, ahí, en ese instante preciso, en ese presente. Entonces la niña es eso, el presente. La eterna pausa del presente. La niña calla pero no está incomoda, esta quieta, pero no nerviosa. Acepta el tiempo que pasa, acepta que yo ahora la mire y sospecho que sabe que la miro, que la miro con admiración. Acepta el silencio y la quietud de las cosas que estan quietas. Acepta el movimiento de lo que se moverá mas tarde y de lo que se mueve ahora, de lo que ya está en movimiento. La niña mira y calla. El mundo entero deberia ser tan armonioso como la niña, tan bello como la quietud de la niña, tan tolerante e inteligente como su mirada

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