miércoles, julio 27, 2005

Celebración y la silla vacia

El bullicio típico de las celebraciones. El amplio salón. La gente que se saluda. La persecución por la cerveza o el vino que lleva un buen hombre que hace de camarero. El primer trozo de jamón. La sensación de ser un extraño ahí, de ser un desconocido. De que si tu no estuvieses ahí todo se sucedería absolutamente igual, solo ella notaría mi ausencia. Notar, eso si, una ausencia toda la tarde, toda la noche. El, el buen amigo ya no está en estas. Ya no será uno casi igual que yo, casi en la misma posicion que yo, aunque él con mejor acitud para estos festines, con mas verbo, aunque no fuese su lengua materna, con mas facilidad para esas conversaciones que yo, esas que a mi me cuestan tanto. El momento de mirar donde te toca sentarte, la mesa donde estamos nosotros dos y vosotros dos no, el amigo ya no está. La mesa, eso si, mantiene su silla vacia, sus cubiertos, sus platos, como si la misma mesa conservase la esperanza, como yo, de que él entrase por la puerta y saludase, nos volviesemos a abrazar. La cena trascurra lenta, constantemente miro la silla vacia, la silla que no ocupa nadie. La silla es un vertigo, un abismo, la silla esta tan vacia, tan sin él y todo lo que él llenaría de esa silla. Segundo plato y nada, la silla y yo mantenemos la esperanza, a mi alrededor hablan de cosas que voy oyendo a veces, intermitentemente (debo corregir esa tendencia a evadirme mentalemente de este tipo de celebraciones). La mesa me pesa, me pesa el vacio de esa mesa (Joder, esa frase parece un poema infantil). La noche que avanza y yo que cada vez creo que lo entiendo mejor todo, si es que cabe entender, me sigo sintiendo lejano, ajeno. Intento no sentirme así, converso con alguien que no habia conversado muchas veces, alguien callado y con barba. Converso luego con el hermano de ella, hablamos con intensidad durante un rato, y curioso, pienso, sin pensarlo, sin saberlo, en ese movimiento que ha habido despues de los postres me he sentado en la silla que tanto rato había estado vacia. Sin ser consciente me habia sentado ahí, en esa silla vacia que tanto abismo me creaba.

Termina la noche y segun salimos miro hacia la mesa, la silla esta vacia, todas las sillas estan vacias, todas las mesas tienen cada una de sus sillas vacia. Las servilletas amontonadas, arrugadas, los platos aun sin recoger del todo, las copas con el vino y el agua por la mitad. Todas las sillas vacias. Miro y a lo lejos se ve Madrid. Por una carretera estrecha se van yendo los coches. He pensado antes de ponerme el cinturon que es tan fácil morir. Es tan fragil todo esto y sin embargo eso no me pone ya triste, pero si me pone triste aquella cena, la cena de esa noche con la silla tan vacia.

Un beso enorme
Nacho

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hellow Nacho I am Bob from san Diego California good job My spanish is still bad enough to keep myself writting in my native language so I hope you to understand what I am saying.
I am a high school english literature teacher and I used your "decisiones" in one of my classes. Just thank you very mucho for your excellent blog. FELICITACIONES MACHO!!!!

Henry S. dijo...

Gracias Bob por tus comentarios.
Un saludo
Henry Simon Leprince

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