jueves, febrero 17, 2011

Los muros

Todas las palabras son pequeñas cárceles, a todas las palabras se les escapa algo de libertad, todas encierran algo injustamente pues no abarcan el sentido absoluto de lo que deben significar. Todas las palabras nos hacen presos. No es exactamente eso lo que queríamos decir, no es esto lo que yo quería decir. Siempre hay un hueco donde se desvanece y empieza algo invisible. Así que ahí estás, rodeado de significados imprecisos. Muros que te separan de los otros, de los demás. Ahí estás envuelto en las pequeñas cárceles de lo que quisiste decir y los demás escucharon de otro modo, distorsionado por la reverberación al otro lado de tus muros. Así que no les culpes, no te culpes, no culpes a los muros, no culpes al lenguaje. No hay culpables. Estabas condenado de antemano, desde la primera palabra, desde la primera cárcel. Estás encerrado y no hay fuga. Son los muros de las letras. Hermosos, gigantes. No culpes a las letras tampoco, ellas cumplen su función, ellas levantan muros pero también los derrumban. Sigue escribiendo, que por lejos que estén los otros, siempre podrás derrumbar este muro con otro muro.

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