martes, noviembre 02, 2010

Contrarreloj

16:37. Tengo tres minutos para escribir esto, y después de esto ya son dos cuarenta y cinco. Es importante lo que debo de anotar y muy poco el tiempo que tengo. Tres minutos escribiendo son apenas unas cuantas frases apuradas. Si quiero ser concreto y concentrar en este texto el mensaje importante que debo trasmitir no debo pensar mucho las frases, apenas detenerme. Me quedan dos minutos, pierdo el tiempo. Avanza y me condena. Tengo cada vez menos, me aprisiona y lo pierdo. Me detengo unos segundos para centrarme, para buscar las frases exactas que debo transcribir desde mi cabeza hacia la página. Es tan poco tiempo que me oprime y me desconcentra. Me empuja el tiempo, me expulsa del texto desde el instante en el que lo he empezado. Un minuto, debo decirlo. Debo trasmitir la situación a la que estoy sometido. Se me escapa. Ellos me obligan....

PD: El texto fue escrito bajo esa condición. La de los tres minutos. A las 16:4o lo cerré.

No hay comentarios.:

Mi lista de blogs

Afuera