sábado, noviembre 20, 2010

Bifurcación de Berlín

No conozco Berlín. Me gustaría conocer Berlín y tiendo a creer que conoceré Berlín antes de morir. Por muchas razones me atrae Berlín. Evidentemente Berlín, su sólo nombre, resuena. Reverbera con una carga emocionante de historia. Hay en su nombre un espacio potente, casi una conclusión: Berlín. Pero también me atrae Berlín porque sueño a menudo con ella y me gusta esa ciudad que he visto en sueños y que podría no parecerse en nada a la Berlín real. Cuando sueño con Berlín no sueño edificios afamados, plazas o puertas vistas en libros y documentales o incluso buenas películas; sueño con calles que jamás vi, edificios que recrea mi subconsciente, aceras inventadas o que sospecho inventadas y que podrían o no ser calles de Berlín. De donde saca alimento mi cabeza para soñar con ese Berlín lo desconozco, tampoco se porque prefigura de ese modo la ciudad. Si imagino Berlín ahora, despierto (creo que estoy despierto, creo que esto no es un sueño ¿o sueño que escribo sobre el Berlín que sueño?) imagino algo que, podría parecerse más al Berlín que me encontraré el día que espero la pise. Pero cuando sueño aparece una ciudad, agradablemente enigmática, escenario de cine negro, que casi se ve en blanco y negro, sus calles no son calles, son ambientes, sensaciones y tienen una iluminación como para otorgarle un premio al director de fotografía de mis sueños. Acudo muy de vez en cuando a ese Berlín onírico que sólo existe, sospecho, en mis sueños. Luego, a partir de ahí, surgen preguntas en el caso de que finalmente me encuentre con la ciudad realmente. La primera es evidente ¿Cuánto parecido habrá entre Berlín real y Berlín que yo sueño? Si sucediera la poco probable posibilidad de haber semejanzas, de que esas calles que sueño existen, sería interesante este proceso de prefiguración onírica de Berlín ¿Por qué mi cabeza prefiguraba con cierta exactitud la ciudad? ¿Cómo se había colado la ciudad ahí? Si sucediera la muy probable posibilidad de no parecerse en nada esas calles solitarias y nocturnas que sueño con las reales, surgirían la pregunta por la que escribo esto: ¿Que sería entonces de la Berlín soñada? ¿Donde iría? ¿Volvería a aparecer? ¿Donde está Berlín, mi Berlín? ¿Dónde existe ese Berlín? ¿Existe? ¿Sueño? Sueño.

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