domingo, agosto 24, 2008

Ciclos

En el fondo nadie sospechaba que yo podía ser el traidor, ni siquiera yo mismo lo pensaba. Nadie jamás piensa de si mismo tal cosa. Nadie es capaz de aceptar que poseé determiandas caracteristicas. Nadie se sabe traidor, nadie se sabe maldito, solemos justificar nuestros actos mas reprochables. Yo asumo que fui tridor ahora que ha pasado tiempo, ahora que las cosas han ido como han ido y la moneda me fue devuelta, la moneda con dos cruces termina volviendo y según la recibes en seguida viene a tu cabeza aquel instante en el que tu la entregaste. Solo ahí desubres y te reprochas lo que entonces justificaste.

En aquella época llevabamos siete meses viajando, siempre por tierra, junto a un grupo de africanos que de alguna manera nos guiaban por las tierras mas dificiles de domar para el hombre. Nadie sentía que nuestra empresa terminara en buen puerto, pero habiamos sido enviados en busca de nueva energía y se había concluido en un estudio realizado en los despachos de la central que en grupo de expertos debía viajar e incluso atravesar la zona y habitarla durante un periodo cercano a un año. Muchos estabamos en contra pero aceptamos la tarea mas por una pasión profesional que por creer en el absurdo proyecto que había organizado la gerencia de nuestra empresa. Siete meses apartados de nuestras comodidades, de nuestra vida cotidiana, de nuestras familias. Siete meses en los que te planteas si tiene sentido tu vida laboral, si tiene sentido el sacrificio para un trabajo en el que has dejado de creer por abusurdo, por incoherente. Los siete meses nos dejaban en una zona de conocimiento extraña, las cosas no se aclaraban pero de algún modo le daban cierta razón al estudio preliminar, lo que hacía que los siete meses no eran vanos pero tampoco productivos. En definitiva, debíamos seguir. Durmiendo, siempre durmiendo en zonas de acampada organizadas por esos africanos silenciosos y trabajadores, cada vez mas distantes entre nostros mismos, el silencio se había convertido en una normalidad y simplemente se hablaba para puras conversaciones tecnicas, para reflexiones, siempre laborales. El mundo individual quedaba al margen y cada uno masticaba sus propias emociones. Fue una noche entonces que cambié algunos datos, harto como estaba de aquel trabajo decidó modificar algunas variantes del estudio para que resultara imposible encontrar y realizar nuestra tarea. Una noche entera sin dormir en medio de aquella meseta, en medio de una naturaleza siempre hostil a nostros, en medio de africa. Variantes imperceptibles que una vez enviadas y estudiadas desde la central harían que en apenas una semana nos enviaran el mensaje de vuelta, de que todo terminaba. Así fue

LOs trabajos devoran otros trabajos y aquella tarea se boorro rápido de la memoria de la empresa. Unos cuantos millones de dolares perdidos se recuperarian rápido y en seguida fuimos encomendados a otra tarea, esta si, en nuestra ciudad, sin apartarnos de nuestra vida diaria. Todo permanció olvidado salvo en mi diario.

La vida es larga y sigiloso el destino. Ascendí, ascendí rápido y alcancé la cima. Lucha tras luicha, batalla tras batalla la empresa me pidió un nuevo proyecto de energias. Retomé el olvidado proyecto africano, olvidado como solamente borra la memoria nuestras actos reprchables, mandé a los mejores ingenieros a Africa. Siete meses después, los mismos datos modificados, las variantes aletardas me devolvián la imagen de mi mismo en medio de África, en medio de la naturaleza hostil mi propia cobardia, mi propia traición

1 comentario:

Anónimo dijo...

es publica y notoria tu cobardia siempre escondida detras de una mezquina amabilidad.

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