lunes, diciembre 03, 2007

Encuentros

Estuvo despierto hasta muy tarde, cuando no quedaba nadie despierto en aquella casa inmensa. Había estado anotando los acontecimientos del dia en su diario, reviso la agenda para el dia siuiente, leyó unas cuantas páginas de un libro mas bien tedioso que leía esos dias antes de dormir y bajó un momento hasta la cocina a buscar un vaso de agua para tomar una medicina. Le sorprendió la oscuridad y el silencio en esa casa que precisamente horas antes había sido el recinto de una fiesta mas bien peculiar y animada. Según atravesó el hall donde cogería el pasillo que llevaba hasta la cocina escuchó una especie de murmullo, parecían voces hablando muy bajo para no despertar. Le dió verguenza que le vieran a esa hora por ahí, deambulando por esa casa ajena y desconocida y corrió hasta la cocina de puntillas. En la cocina había una vela encendida y unas sombras que esa misma vela producía entre el techo y la pared. Levantó la vista y vio a Lupe y Juan Antonio desnudos en una postura extraña entre el suelo y los fuegos, evidentemente hacían el amor. No supo como reaccionar, si correr de vuelta hasta la habitación o callar o morir, pero mientras tanto se había quedado estático, frente a la escena, que por otro lado, eso lo pensó después, tenía mucho de cinematográfico y de hermosa iluminación.

Lupe y Juan antonio eran cuñados. Lupe era la hermana de la mujer de Juan Antonio. y el era amigo intimo de la mujer de Juan Antonio lo que complicaba mucho las cosas a los tres actores de la escena. Juan Antonio no hizo nada, elegante subió los pantalones que estaban a la altura de los tobillos, sopló la vela y dejó todo a oscuras:

.- Cada uno que haga lo que crea que debe hacer- concluyó mientras salía y lo remató con un "Buenas noches" seco y seguro.

Lupe permaneció callada en el silencio y el seguía sin reacción, descifrando ahora el movimiento de sombras entre el techo y la pared que fue lo que primero descubrió al entrar en la cocina. Un movimiento que agigantaba y reducía los cuerpos en movimiento en una iluminación claramente inspirada en el expresionismo aleman. Lupe comenzó a llorar y el pensó:"esto no, esto si que no. ¿Por que además me toca ahora el consuelo?". el permaneció inmóvil esperando que el azar no fuera tan cruel y trajera a alguien mas a la cocina, a algún insomne en busca de agua o aventura. Lupe lloraba suave en la oscuridad que había quedado en la cocina y de repente habló:

.- ¿Que podría hacer para que olvidaras esto?. Dime.

El no contestó nada. No pensaba tanto en eso sino en el dia siguiente que había programada una parrillada en el jardín. Pensaba en eso y en su incapacidad para no pensar en lo que piensan los demás. Al día siguiente todo sería disimulo y actuación y aquello le producía una enorme pereza. Siguó sin hablar. Ella propuso opciones para comprar su olvido:

.- ¿Dinero?, ¿Sexo?, ¿Que coño quieres de mi para que esto se borre de tu memoria?.


No dijo nada. Se dió la vuelta y caminó por el pasillo. Mientras subía la escalera pensó en la posibilidad de acostarse con la adorable Lupe, pero lo pensó con una sonrisa, sin intención de chantaje, lo pensó por oirlo de su boca, por que navegó brevemente por su cabeza la posibilidad de acostarse con Lupe sin mas, por que incluso le excitó oir la palabra sexo en aquella situación extraña en medio de la noche, siguió subiendo, tomó su medicina si agua y casi se atraganta. Al dia siguiente, al contrario de lo que sospechaba, disimuló con enorme facilidad. De vuelta a casa trás el extraño fin de semana recibió un mensaje en el móvil, era Lupe: "Lo que quieras", pero el nunca dijo nada. Nunca nadie supo nada. Pero pensó brevemente en Lupe desnuda.

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