viernes, diciembre 14, 2007

Somos morsas

Me encontré un relato escrito en unas hojas en medio de una calle de Vigo una noche del 2007, lo cual multiplica las cosas muchas veces mas, pues el relato trataba sobre un tipo que encontraba un relato en una calle de Paris y que el relato que encontraba trataba de un tipo que era abducido por unos tipos que venian de no se que planeta en una galaxia muy lejana, y que esos tipos no solo eran exageradamente parecidos a nosotros sino que además su planeta guardaba cosiderables coincidencias con el nuestro. Al tipo se lo llevaban por esa misma ambición de conocerlo y analizarlo todo que tenemos nostros y que curiosamente coincidia con la de los visitantes gemelos de la galaxia lejana. El tipo termina allí, muy lejos. Le sorprenden los paisajes que describe como tan parecidos que resultaban exageradamente diferentes, como si en esa minima diferencia se notara la distancia sideral entre ambos planetas. Los campos eran csi verdes, pero esa minima diferencia cromatica le daba a la visión un campo casi alucinado, un campo bajo los efectos del LSD. Recordó, como siempre le pasaba, a los Beatles y tarareó Lucy in the sky with diamond a lo que los extraños del planeta gemelo contestaron con un tarero casi semejante pero con extrañas variaciones en la melodia. Unos y otros se miraron casi preguntandose: ¿Tambien allí existen?. Él, eufórico, sin decir nada mas pronunció el nombre de los de Liverpool, dijo los cuatro nombres, los extraños no entendieron nada. Aterrizaron y dieron un paseo por algunas calles de una ciudad que conviene no describir, por extraña y parecida a otras ciudades de aquí. Le hicieron un test profundo sobre cosas de aquí y le propusieron, como útima pregunta, escoger una sola cosa que se traería de su planeta a este otro planeta. Algo que definiera por si solo a los hombres, lo que hacen, lo que son, sus ocios, su cultura, su manera de vivir e incluso algo que incluyera todas esas cosas. No tardó mucho en elegir, frente a un mar casi azul, cai verde pero con una extraña tendencia al rojo pronunció el título de una canción. Miró a sus secuestradores extraños y pronunció el nombre de una cancion y concluyó que ahí, estaba un pedazo de todo eso, que para él, aquello contenía mucho del hombre y de su vida en la tierra. Aquello era lo que salvaría, lo que traería de su planeta, de la Tierra: "I am the walrus". El texto que yo encontré en Vigo concluía con que el hombre que encontraba un texto en Paris en su interior decidía que era eso lo que también salvaría y yo concluyo este pensando que si, que sería eso lo que me llevaría al planeta gemelo.

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