.- Estamos en medio de la nada. Estamos en el mismísimo medio de la nada.
.- Avancemos hacía allá, por donde se esconde la luz.
.- Da igual. Eso no nos hará estar mas cerca de algo. Esto es la nada y nosotros, por torpeza, estamos en el centro justo
.- Mira, allí se adivina una variación del paisaje, vayamos por ahí. Estoy seguro que algo habrá. Prefiero avanzar, buscar la salida de este laberinto abierto que dejarme tragar.
.- Pues vete tu solo. Yo me quedo aquí. En esta piedra me planto. Que me coma la eternidad pero no pienso seguir avanzando torpemente para llegar al mismo punto. A otro centro de la nada que no variará apenas con este centro de la nada.
.- Yo me voy. Yo no me puedo quedar aquí, entiendeme.
.- Claro, vete. Sigue tu camino. Lo comprendo.
.- Hasta siempre.
.- Hasta siempre
1 comentario:
yo viví esta sensación de estar en medio de la nada en el Mont Saint-Michel, en la Bretaña francesa. Hay una enorme llanura de playa en que llegas a un punto en que no divisas ni el mar ni la montaña ni el edificio de donde venías ni nada. Estas allí y con el tiempo la marea sube y empieza esta sensación de no tener tiempo físico de llegar a ninguna parte.
Impresiona, o por lo menos yo lo recuerdo así.
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