jueves, abril 19, 2007

Segundos

Mientras Leo Messi marcaba uno de los goles mas hermosos de la historia del futbol, una pareja de universitarios hacían el amor en una habitación de un piso compartido en el barrio de Gracia. Mientras en el estadio del Barsa el pequeñisimo jugador argentino aumentaba la adrenalina en los aficionados, la pareja iba llegando al punto elevado y fugaz de culminación del sexo. Es curioso pero real. Es sencilla e incluso está algo desgastada la compración del gol y el sexo, pero en este caso fue así. Cuando ambos acontecimientos sucedieron, en una calle de Buenos Aires un joven venezolano creyó ver un extraño reflejo en el cielo, no era mas que la anunciación de una tormenta, pero luego sabremos que el joven asociaría aquel reflejo como el aviso celestial de lo que sucedía en las piernas de Messi. En el instante en el que gol, orgasmo y reflejo en el cielo sucedian una mujer francesa atravesaba en su coche una avenida de París, volvía de su despacho camino a casa, se entretuvo viendo un cartel con la cara de la mujer socialista que se presentaba a las elecciones francesas, no pensó en nada, ni siquiera en politica, justo en ese momento el semaforo se puso en rojo, frenó y encendió la radio, sonaba una canción, una hermosa canción de Air, se dejó llevar. En ese instante el grupo Air, compuesto por dos integrantes, no estaban juntos, uno de ellos estaba en casa de su novia, el otro paseaba solo por un parque retirado de las afueras de una ciudad legendaria.

En ese instante preciso un perro ladró en un patio del 23 de enero de Barquisimeto, innumerables semaforos del mundo cambairon de rojo a verde y al reves. Nació o nacieron nuevos individuos, murió o muerieron otros. Alguien meaba, muchos, miles de litros de pis caían al mundo. Llovía y hacía calor, nevaba. Alguien lloraba, alguien reía. Alguien tocaba, alguien lo dejaba con su pareja, alguien se daba un beso por primera vez. Muchos llegaban a casa, muchos se emborrachaban, otros tantos estudiaban...

Eso sucedió, y millones de cosas mas, mientras el balóin cruzaba la linea. Messi celebró el gol, la pareja del barrio de gracia se abrazó y se mantuvieron en silencio, como si de algun modo fueran conscientes y reflexionaran sobre lo tremendamente inabarcable que puede llegar a ser un segundo. Y mientras tanto el universo se expande. Como diria mi abuela.... No somos nadie

1 comentario:

Tecnorrante dijo...

Eso es! No somos nada...

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