lunes, abril 30, 2012

Los ciclos

 6 de la mañana: La luz suave apareciendo por la curva por donde el río crece y baja veloz, la zona de corrientes. La humedad entre las hojas de los árboles, la calma inevitable del planeta en el momento que arranca el día. El amanecer da sosiego. Respiro, respiro y el movimiento que se activa en todo mi cuerpo cada vez que inspiro y expiro me hace comprender que sigo vivo. Soy un dinosaurio, en un futuro remoto, terrible, no estaré. Habré muerto, conmigo, lentamente, el resto de los dinosaurios que habitan este planeta despiadado y cruel.

 6 de la mañana: Al fondo la luz. Un avión atraviesa el cielo, parece que con el se abre la mañana, como si el avión fuera rasurando el telón oscuro de la noche y abriera la luz, la mañana. Mi respiración es más lenta hoy: congestión, las vías respiratorias siempre sufren en la primavera. La quietud del paisaje que, a su modo, parece que también despierta. Soy un hombre, de mediana edad, unido en un pacto silencioso a los ciclos de la tierra. A veces olvido que también moriré, que dejaré de ver estos acontecimientos diarios por las que cada mañana, inevitable e inconscientemente, siento ya nostalgia. En el futuro no estaré, a veces creo que ni yo, ni el resto de los hombres que habitan este planeta indescifrable y tremendo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Espectacular. Lo he leido mientras sonaba "My tears are becoming a sea the M83.

CL

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