jueves, agosto 19, 2010

El instante eterno (Ejercicio a partir de ilustración de L. Bedoya)


Está el Fairy, el ritmo lento, alargado e indescifrable del Fairy. La metáfora temporal del Fairy. El Fairy marca el día a día, el tempo de nuestra existencia. El fairy va lavando nuestras comidas. Con el Fairy se lavaron anoche, o esta mañana el plato, la cafetera, la sartén hacía arriba que parece que apunta al sol. Los dos vasos, idénticos pero de diferente tamaño que parecen anunciar una familia, una línea genética: Taza padre, taza hijo. Bien mirado en el Fairy comienza todo o todo termina. El Fairy lava la cafetera donde se hizo el café que se sirvió en ese desayuno, la cucharilla con la que se remueve ese café, sin embargo aún no ha ejercido su poder sobre la taza que ajena aún a sus efectos, mantiene posos y restos de azúcar en el fondo, en ese lado izquierdo del fregadero donde permanecen las cosas que aún no se han lavado. Pero si el plato, en el lado derecho; el plato donde se comió una cena apurada. Donde había, a lo mejor, unas rodajas de ese lomo que cuelga, que avisa que ya queda poco, que el lomo, como todo, también agoniza ahí colgado de la caldera. Una caldera que ahora descansa porque a primera hora agitó tuberías y ciclos para abrasar la piel del que se ducha y sale corriendo. Que fue el mismo que cortó lomo y se hizo el café y fregó todo ese ciclo temporal de desayunos y cenas con el Fairy. Luego está la urgencia del trapo arrugado: Se pasó en el último momento por la mesa que está tan lejana de todo esto, allí en el salón, en esa cena de la que se ha ido borrando el rastro, las migas de un pan que ya no existe, el trapo que en el último instante se colocó con frescura ahí, para secarse. Al azar, casi sin mirar. En ese gesto diario de colocar el trapo en el borde del fregadero. Cada arruga del trapo también es tiempo, el trapo es la piel de este tiempo invisible que transcurre en todo el fregadero, ese proceso lento de ir secándose, arrugándose como una piel, como todas las pieles. Como se seca la ropa lejana en el tendedero. . Esa pieza sujetada por las pinzas, emulando al lomo.Todo es la metáfora de algo. ELa ropa colgada emula al lomo, el lomo emula el tiempo, el tiempo se metaforiza en el trapo o en el fairy. Aquí, todo tiene un reflejo como ese que revienta de afuera adentro en el fregadero. Ese reflejo que viene del otro lado de la ventana donde hay otras ventanas. Otras ventanas que uno sospecha, también tienen sus fairys, sus tazas y sus platos fregados, sus fregaderos y sus metáforas. Que cada ventana es reflejo de otro universo, de otros tiempos. Que todo nace y vuelve en esta imagen diaria. En este instante eterno.

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