martes, julio 01, 2008

Juego en la piscina

Fui porque iban a ir todos estos y porque no había otra si quería verte en aquellos dias de verano. Yo me pasaba los dias en la habitación con mi madre diciendo que no me podía estar todo el verano en ese plan, sin hacer nada y mirando por la ventana, pero realmente yo no quería modificar el curso de las cosas, ese verano lo uq me hubirea gustado ser era un tipo invisible o semi transparente, pero no aquel cúmulo de piel, musculos y huesos. Así que aquella tarde fui a la piscina porque superando el complejo de estar en bañador podría verte después de quince dias que había terminado el colegio. Al principio alguien propuso el juego del asesino con las cartas, y claro a mi me toco ser el asesino en la primera ronda y tener que exterminar al grupo a punta de guiños. Evidentemente mi único asesinato planeado era el tuyo, guiñarte el ojo como acto supremo, como tarde valida en la piscina. Pasaron varios minutos y alguien comenzó a presionar al asesino en vista de que no aparecía ningún muerto, a mi me hubiera resultado sencillo matar a Alex o al Chusta, pero no quería arriesgar ser pillado y perder la oportunidad sublime de guiñarte el ojo, y sin embargo tus ojos nuna coincidian con mis ojos y asesinarte se estaba convirtiendo en una tarea de suma complejidad, un asesinato dificil, un crimen imposible. . Pasaron mas minutos y el colectivo de posibles asesinados comenzó a indignarse ante la pasividad de ese Charles Manson de medio pelo, pero yo tenía mi plan y no iba a ceder a la presión social. Esperaría el instante justo donde tus ojos coincidieran con mis ojos, ese espacio temporal único donde en milesimas de segundo yo cerraría tan sólo el ojo izquierdo, breve y concisamente y ya todo tendría sentido, pero tu no mirabas, reías nerviosa, esa cosa de pensar que en el juego hay algo de cierto, en desconcer quien es ese que puede guiñarte el ojo y asesinarte. Alguien se molestó, creo que fue Dimas, se levantó y dijo que si en tres minutos no aparecía un asesinado o al menos un intento de asesinato se acababa el juego. El tiempo de repente corría en mi contra y tu seguías sin pasar los ojos por mis ojos, como si de algún modo supieras ya que yo era el asesino y no quisieras ser mi victima. "Quedan dos" gritó Dimas, presionando al asesino, una tactica policial, por otro lado brillante. Miré a los lados. Dimas, Alex, Laura, Tú, El Chusta, Gotelé. "Un minuto" gritó Dimas, la presión del tiempo es insacaible, ataque a la ansiedad a los nervios, a la paciencia. "También los asesinos sufren estres" pensé y entonces movido por la tensión decidí lanzarme como un asesino enloquecido, mirarte fijamente y aunque todos me descubrieran in situ guiñarte el ojo y concluir mi crimen, pero fue justo ahí, cuando dimas miraba el reloj y cantaba que quedaban diez segundos, y yo que esperaba para matarte cuando tu, sin yo mirarte, sin guiñarte el ojo,dijiste "Muerta". Luego el juego siguió, no me costó nada matar a los otros sin ser descubiertos, pero que sepas que jamás, nunca fui yo el que te maté y que aún después de todos estos años, nunca supe quien fue el asesino invisible que se coló en aquel juego. Dime, por dios, ¿Quién fue?.

1 comentario:

illot dijo...

qué grande...el verano ya llegó! por fin!

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