lunes, julio 14, 2008

Linea de tres

Se bebió d eun trago la ultima media copa, dejo el vaso vacio y se levanto. Salió del bar y sintió el calor de aquella noche de julio. La calle estaba vacia y solo sonaba una mala conexión en el letrero de neón del bar que acababa de dejar y que intermitentemente anunciaba chicas y copas en un color entre el rosa y el rojo ciertamente curioso. Camino por la calle recordando otra noche de su vida sin saber precisar exactamente cual, recordó sus pasos, recordó esa sensación de calor parecida a la que sentia en ese mismo instante. Siguió andando y fue cuando decubrió que si hay vida en otros planetas o eso quiso pensar cuando se le cruzó un tipo de unos tres metros de alto. Exactamente igual a los humanos pero terriblemente alto, y pensó en esa misma palabra, "terriblemente", porque ver los rasgos humanos tan crecidos, tan gigantes le daban un aspecto que asustaba. El hombre d elos tres metros pasó de largo, como si fuera normal medir tres metros pero el supo que aquello era, seguro, un habitante de otro planeta. Pensó en algunos protagonistas de películas de ciencia ficción, pensó, incluso, en la ciencia ficción y pensó, solo ene se instante, que la ciencia ficción es un genero no bien llevado del todo, pues al enfrentarse a vida extraterrestre no sintió, como podría suceder en una pelúcla de este género, ganas de defender su planeta o de atacar al extraño o de avisar a la nasa o de correr, sintió una durisima y triste crisis existencial. Tampoco sintió ningún sentimiento terricola, en plan "este es mi planeta y lo voy a defender", lo que sintió fue una placa de dolor, se sintió disminuido, como si de repente midiera medio metro menos. "No estamos solos, pero es que además somos los enanos del cosmos" pensó sabiendo que a partir de ahora ya todo sería diferente. El tipo de tres metros se perdió al fondo de la calle y el volvió al bar, pidió otra copa que se bebió casi de un trago, escuchó con atención la ranchera que sonaba en ese momento, a él que nunca le habían gustado las rancheras, a el que jamás le había gustado el baloncesto sintió de repente nostalgía por los baloncestistas.

1 comentario:

stel dijo...

Yo lo que te iba a decir es que puede que llevara algunas copas de más encima y que el extraterrestre fuera Dueñas o el señor chino, el nombre del cual no recuerdo, que juega a baloncesto por las americas. Aunque nunca se sabe...

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