miércoles, junio 04, 2008

Las zonas difusas

Fui a la cocina a coger una cerveza. Yo había llegado a esa fiesta por que un amigo conocía a uno de los que la celebraba y me dijo que fuera con él, que las fiestas en esa casa solían ser muy divertidas y muy concurridas y que lo pasariamos bien. Cuando llevabamos una hora en la fiesta sufrí las consecuencias de mi poca facilidad para socializar y me ví dando vueltas entre mucha gente, sin saber muy bien con quien hablar y bebiendo cerveza a un ritmo algo intenso por parecer que estaba haciendo algo. Cuando llegué a la cocina a por la sexta cerveza había un tipo apoyado en una mesa que fumaba y miraba a traves de una ventana que daba a un jardín, el jardín era de la casa y ese jardín daba a una calle donde había otros chalets todos sin vallas. El tipo me observó mientras yo seleccionaba la cerveza mas fria de entre las miles que había en esa nevera inmensa, una nevera como una especie de emulación de uno de los polos, una nevera gigante donde podría entrar medio planeta. Saqué la cerveza y el tipo me dijo que si conocía El Supi. Me quedé algo extrañado por que si, por que era un lugar donde había pasado unas navidades el tercer año de vivir en Venezuela y es un lugar del que tengo un recuerdo semejante al recuerdo de algo que te has inventado y no algo que haya sucedido. Recordé velozmente,a esa velocidad inalcanzable que llevan los recuerdos, a ese tiempo atemporal que llevan las cosas cuando se recuerdan. Recordé una noche en la playa, una noche que se había ido la luz y aquello parecía un lugar fuera de todo o mas cercano de la tierra. Le contesté que si, que si conocía El Supi y el tipo sonrió, permaneció callado unos segundos, miró de nuevo afuera y dijo: "Si, se que lo conoces. Claro que lo conoces. Yo te vi allí". Me recorrió una especie de descarga, un asomo de susto, un precipio emocional. Me quedé callado sin entender, quien era ese tipo que me miraba desde tanta distancia, por que hay gente que por mas cerca que esten sus ojos, partece que te miran desde un lugar a miles kilómetros de donde estes, pero una mirada que por lejana parece que te atreviesa de otra manera, con mas recorrido. "Claro que estuviste allí. Yo también estuve, yo te ví. Aquella noche nadie la olvida. Ni tu, ni ellos, ni yo, evidentemente. ¿Quien puede olvidarlo?". De repente sentí como en esas peliculas de serie B, un fogonazo veloz, un viaje a una zona que o había borrado o que me estaba inventando. Ví a ese tipo mucho mas joven. Ví una noche y comprendí que uno mismo es cruel, irreal y brutal y que la memoria selecciona. Ví que yo también soy eso, lo otro, lo que siempre parece ajeno, de los otros, a lo que no perteneces. Me ví y comprendí que ese tipo iba a matarme y lo comrendí. Entendí esa venganza.

Huí a tiempo. Te escribo esto desde El Supi. No te pediré perdón porque ni yo mismo puedo perdonarme. Pero debo permanecer aquí, para siempre. Nunca lo entenderás, pero es así

2 comentarios:

stel dijo...

Supongo que hay cosas que no hay que entender, que son y ya está, sin más. Puede que el receptor del mensaje también lo entienda así...
Buen miércoles!

Anónimo dijo...

He bajado con M. a fumar un cigarro. Estoy tentando al diablo, dejé de fumar un tiempo y ahora estoy acercandome peligrosamente al vicio.

Me ha contado lo que piensa, lo que siente sobre la chica esa que trabaja con nosotros. Es una pija, materialista y ya no le quiere (si es que alguna vez lo hizo). Pero él está muy tocado.

Me ha dicho: "Me jode. Si es que lo tengo superado, en mi cabeza está todo muy estructurado, pero sigo sintiendo esto, ¿por qué?. Me jode perder el tiempo con algo que no me lleva a ningún lado. Ni siquiera quiero volver con ella".

Me ha parecido ver lo inutil que es resolver los problemas con cabeza y lo dificil que dejarse sentir el corazón.

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