lunes, mayo 05, 2008

Extraños acontecimientos

No sabía quien era, no le conocía. Simplemente unos días antes me había llamado LP y me dijo que estaba muy jodido, que se acababa de morir uno de sus mejores amigos o más que un amigo una referencia. Un tipo que había sido muy especial en su vida y que la noticia le había caído como una bomba. Me pidió que me fuera a su ciudad y que le acompañara a hacer algunas diligencias. El tipo no tenía familia, era un solitario empedernido y nadie, salvo él, podía ultimar algunos detalles. Me pidió compañía porque se veía incapaz de entrar él solo en el estudio. Así que viaje en bus hasta la capital y me encontré con LP. Llegué a media tarde, dejamos mi mochila en su casa, nos tomamos unas cervezas y nos fuimos al estudio. Era ya de noche. El tipo pintaba, eso me fue contando todo ese rato LP, contaba que era un tipo absorbido por la pintura, incapaz de relacionarse con nadie, su vida se basaba en pintar y atormentarse con la pintura. El le había conocido años atrás, muchos años antes, cuando el era un crío y este le dio algunas clases de pintura por un módico precio, el contacto había sido a través de su tío JB que hacia algunos años había muerto y que en vida debió ser el único amigo real del artista. Ambos, decía LP, discutían fervientemente sobre la pintura, sus debates eran largos y etílicos, podían beber y hablar de pintura durante varios días seguidos, al finalizar esas discusiones se separaban y estaban algún tiempo sin saber el uno del otro hasta otra nueva maratón.

Entramos en el estudio. Oscuro y desangelado. LP encendió la luz y miró con una mirada que evocaba a un niño, a alguien que vuelve a un lugar mágico. Recorrió el espacio casi poseído, levantaba algunas hojas destartaladas, anotaciones ininteligibles que se acumulaban a lo largo de una madera que servía de mesa. Había bocetos esparcidos por todas partes, en los bocetos había correcciones, al lado de pinceladas anotaciones sobre esa pincelada del tipo: "Esta línea es imposible", "Este color es pero mas profundo". Cada lienzo, que claramente eran bocetos de algo en lo que debía llevar trabajando años, estaba repleto de anotaciones a los márgenes. "Si no dice no hace". Frases sobre la técnica usada, sobre la temática, incluso reflexiones sobre la pintura "¿Es necesario indagar?", " Se me ha escapado el trazo inocente en este apéndice innecesario", "Las drogas tampoco ayudan a la plena inconsciencia". Era hermoso ver aquellos lienzos gigantes pintados y repleto de reflexiones, al menos a mi me impactaron visualmente. Estuvimos callados mucho rato. El estudio era un lugar con fuerza, dejaba transpirar el desequilibrio de su ex-habitante, pero hipnotizaba toda aquella reflexión gigante. Al cabo de los minutos encontramos un montón de cuadernos. Cada uno estuvo leyendo alguno. Evidentemente al principio encontramos reflexiones, algunas muy abstractas, muy filosóficas, sobre la pintura, sobre el trazo, sobre el color, sobre la temática, pero a partir de unos cuántos cuadernos, encontramos que comenzaba a hablar de su vida, de situaciones que sucedían fuera del estudio. Sentimos cierto pudor y paramos, pero LP me miró y dijo que aquello era muy valioso y que estando muerto aquello ya no era un abuso, no era colarse en una intimidad porque esa intimidad ya no existía. Hablaba de encuentros con una gente, encuentros poco claros al principio, pero que iban aumentando según avanzábamos en las fechas. Encuentros cada vez más recurrentes. Según leíamos no quedaba claro a que se refería, que era ese grupo, a que se dedicaban o porque él los consideraba grupo, pero la lectura nos fue aclarando que todo giraba, evidentemente, alrededor de la pintura. Las reuniones y esto fue quedando claro mas adelante, sucedían en el subsuelo, por las calles extrañas del alcantarillado de la ciudad, entraban por una alcantarilla de una zona industrial, de noche, de manera absolutamente clandestina y mantenían las reuniones de madrugada. El tema se nos fue aclarando con le lectura cada vez mas encendida de los cuadernos. La idea era pintar la ciudad, cubrirla de abstracción, una revolución pictórica y frenética. El tema de las reuniones era afrontar la temática, la prefiguración y el boceto de esa pintada total. A partir de un momento en los textos habla de cómo el va tomando iniciativa en el grupo, propone la creación de un dibujo infinito, un dibujo global, que se extienda desde la ciudad pero que vaya alargándose por las vías de acceso, las carreteras que salen a otras ciudades. “Acabar con las urbes de los hombres, superponiendo trazos reales, extenderse en el espacio y en el tiempo. Lo que yo propongo es que un trazo aquí tenga continuidad en una ciudad alemana, que un color se vaya diluyendo y vaya traspasando tonos a lo largo de los kilómetros. Esa sería la gran metáfora de la pintura. Un rojo en Bogotá se iría transformando en otros rojos, pero dentro de un mismo trazo hasta Seattle. Lo que no terminan de comprender es que la pintura es el arte de la creación y de la imitación de espacio y que esta obra la debemos abarcar como la obra definitiva, como la gran guerra de los hombres contra su propia concepción de su existencia en la tierra”. A partir de que en los cuadernos empieza a alzarse como líder del grupo su letra se vuelve mas nerviosa y mas brusca, como si todas esas páginas las escribiera bajo los nervios y la tensión. Empieza a escribir que tiene amenazas, que hay una vertiente del grupo que le mira con malos ojos, que las reuniones en el subsuelo son cada vez mas encendidas y bruscas. Habla de alguien, no le pone nombre pero es alguien que aparentemente le apoya pero le aconseja que se frene en su discurso, que acepte que la obra que busca el grupo es una obra mas local, un enfrentamiento con la ciudad y que su propósito aterra a los otros. Sigue escribiendo amenazas. Una noche le dejan encerrado en el alcantarillado, todos se van y no puede salir. Habla de la noche bajo tierra con cierta fascinación. “El subsuelo explica mejor que cualquier otra cosa, el suelo. Como si en el reverso comprendiéramos la totalidad del anverso. Ahora, mas que nunca, intuyo que las ciudades son un fracaso”. Pasa el día entero bajo tierra, recorre kilómetros de subsuelo. No abandona sus reflexiones filosóficas de la pintura “El olor, ese olor nauseabundo y constante es inimitable. Hay cosas de la realidad que son imposibles de metaforizar. El olor no tiene metáforas o se huele o no se explica. Así sucede con tantas cosas. Así debería ser la mejor de las pinturas. Se ve, se percibe pero es inexplicable, intraducible a otros lenguajes. Así debería ser la obra del grupo, es lo que no terminan de entender”. Durante los siguientes días pasa a una actitud mas pasiva, apenas habla en las reuniones y se deja llevar, pero traza su gran plan. Llegado el momento encierra al grupo al completo en la alcantarilla, el incluido. En medio de la noche y los nervios, dice que los ha encerrado a todos para que entendieran cual era su fin, cual debería ser la obra definitiva. Les cuenta su experiencia con el olor y concluye que debería tomarse el suelo desde el subsuelo, que la guerra ha comenzado y que la pintura es el arma contra lo concreto y su representación absoluta: la ciudad. Habla de violencia. Sufre una paliza tremenda. Pasa tres días de vuelta a casa metido en la cama. No come. Solamente boceta “!a gran rebelión”. Le visita alguien, no lo nombra. Le dice que se retire del grupo, que no vuelva y le deja una nota de la que no anota el contenido, pero vuelve, insiste. La violencia también vuelve y el dice que el dolor tampoco es transferible, tampoco se puede transcribir a otros lenguajes de manera precisa. Le vuelven a encerrar en el subsuelo y cae inconsciente, lleva varios días sin comer y describe la debilidad que siente. Describe escenas en esa nueva noche en el subsuelo aún mas desagradables que la anterior. Le sacan muchas horas después y le amenazan de muerte, insisten que no vuelva. Al volver a casa encuentra un gato con una nueva nota, tampoco escribe que hay en esa nota escrito. No sale y vuelve a la reflexión pictórica en los cuadernos, no habla del grupo, pero habla del miedo. “Se que están cerca, se que ahora me ven” es lo único que pone al final de varias reflexiones. Algunos apuntes más y el día de su muerte no escribe nada. Cerramos los cuadernos y concluimos que ha sido un asesinato. Decidimos que a partir de ahora nos dedicaremos a descifrarlo, a investigarlo y así comenzó esa larga y tortuosa etapa de mi vida. Por eso estoy aquí

1 comentario:

stel dijo...

en la primera etapa de pintor apasionado etílico me ha hecho pensar claramente en un amigo mio.

a veces los grandes planes de futuro para cambiar el mundo y hacer grandes cosas revolucionarias y espectaculares lo único que causan es un cierto grado de locura que tiende a acabar mal... no se, pero siempre he pensado que la genialidad no se planea, que hay que trabajarlo y todo eso es evidente, epro cuando un día te levantas en plan "voy a cambiar el mundo" no va a pasar absolutamente nada.

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