lunes, diciembre 20, 2004

Sin corregir

Hace no mucho escribí la unica historia larga que he escrito en mi vida. La longitud del texto medida en páginas alcanzaba las 70. En situacíón normal es un texto corto, un cuento muy largo o libro de dimensiones pequeñas, pero para mi que la escritura me resulta de una compleijidad desbordada, era un texto alucinantemente largo.

Tardé algunas semanas en escribirlo. Me felicito por ello, para mi es ya un logro haber aguantado un texto mio mas de una hora. Llegué a ser disciplinado en la escritura, organicé mis tiempos para dedicarle casi diariamente un rato al ejercicio de narrar. Me entregué con obsesión al personaje que inventé( que es cierto que es la suma de muchos de los que conozco), dedicaba muchísimos minutos a investigar para no cometer errores y aguanté heroicamente la ganas de borrar ese archivo de texto que cada dia fuí modificando.

En estos dias, haciendo una limpieza en el ordenador, lo volví a ver. Trás el intento fracasado de darselo a varios conocidos para que lo juzgasen con honestidad y sin verguenzas de herirme, había permanecido intacto en algún lugar extraño de la informacion digital que contiene este ordenador. Releí con muchisima prisa algunos fragmentos, casi sin detenerme, con temor, con una sensación exagerademente parecida a esa que experimentamos cuando comemos algo que no nos proporciona ninguna seguridad su higiene, o cuando comemos algún plato de otra cultura y que en la nuestra no es mas que algun animal al que incluso le tenemos una potente fobia.

Efectivamente no me gustó la mayoria de lo que encontré, pero ademas descubrí algo que solucionaria algunos de mis problemas cuando trato de escribir. Nunca, jamás corrijo y como siempre escribo en estado de nerviosismo y aceleración mi puntuación suele ser horrenda. Dejando las frases, los parrafos casi incomprensibles. En este texto he tenido que recurrir a la memoria para saber que era lo que inicialmente quería haber dicho. Como soy incapaz de recordar que pensaba en el momento que escribía cada frase he sido, por lo tanto, incapaz de entender muchas de las cosas que quise decir. Así descubro que es cierto que mis textos son horrendos, que mi calidad escribiendo es bajisima y que lo que cuento es flojo,poco argumentado y de estructuras absurdas, pero tambien es cierto que si al menos una vez, despues de escribir releyese y con paciencia corrigiese. Los textos que escribo mejorarían y haría de este eterno rechazo algo mas llevadero

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hay alguien que quiere tener una copia de esa historia: yo. Me reconocerás cuando, sentado desde la primera avenida te acerques a mi mesa para preguntar mi nombre. Esta vez te prometo que seré yo.

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