jueves, agosto 29, 2013

Marcus

Marcus era delgado como una hoja. Delgado casi hasta la nausea. Algo repelente, esto no por delgadez sino por higiene. El pelo grasiento y despeinado como el que se acaba de despertar de una noche terrible y que se había acostado, horas antes, con el pelo mojado. La piel blanquecina y pálida y por supuesto recubierta de una capa indescifrable, algo que se sospecha que es un leve sudor, aunque fuera la noche amenace con llegar a los diez bajo cero. La voz, grave, como si no fuera suya, como si todo en ese cuerpo se viera recompensado por la voz y por el modo en que la utiliza.Cuando habla, uno sospecha que hay un planeta, a dos mil o tres mil años luz que detiene su curso. Cada vez que emite sonido expulsado de esa garganta prodigiosa uno imagina habitantes lejanísimos, posiblemente mellizos nuestros, instalados allí, tan lejos, acechados por un aopcalipsis irremediable, cuando habla el cosmos no se queda igual, algo transforma. Por suerte o por desgracia o para aumentar el enigma, habla poco, muy poco. Merodea por la iglesia por las tardes, cuando aún no llega el otoño y en los meses frios casi no se le ve, hay quien dice que se sube a la sierra verde a vivir en una cueva, yo no creo que el mito sea tan feroz, a mi siempre me ha dado por pensar que se mete en casa de su abuela y que de ahí no sale y que es ahí donde escribe esos textos que hemos ido encontrando y que hemos ido leyendo estos años, con pasión desmedida y con una admiración que luego cuando le vemos no le profesamos. Yo no sé quién encontró la primera vez los textos, ni siquiera se si es cierto lo que se cuenta, que fueron encontrados de un modo raro, en una de las naves vacías, en las calles de afura, cuando ya se coge la nacional. Yo sé que lo leí sobrecogido. Marcus llevaba años escribiendo algo absolutamente sorprendente, revisaba, corregía y rehacía la mayoría de los guiones de las sagas de películas de ciencia ficción más importantes del siglo XX. Las correcciones eran tan minuciosas, tan exageradas y los cambios tan radicales que las historias se transformaban de un modo absoluto, pero manteniendo muchos de los personajes, muchos de los diálogos, algunas secuencias y algunas localizaciones. EL resultado era desoncertante y atractivo, y si algo producía la lectura de aquello era una pdoerosa adicción. Marcus había aumentado las sagas, de dónde había cuatro películas sacaba deciseis historias nuevas. Los caminos que tomaban aquellas historias populares, conocidas por todos, alcazanban nuevos modos, nuevos caminos, nuevos universos. La imaginación de Marcus, no sólo había transformado aquellos guiones sino que había dado lugar a un nuevo estilo, quizá a un nuevo genero.Algún espabilado lo llamaba: el Post Guión o la RE.SY.FY, el PostReciclaje. A mino me gustaba tanto buscar catalogar la obra del flaco Marcus, a mi me sorprendía eso que había generado. Esos mundos vastos, llenos de nuevos personajes repletos de dolor y extraños, conviviendo con iconos pop del siglo XX y XXI. Donde antes había una trama cerrada ahora se abrían nuevas tramas, pero menos concretas, los personajes viajaban a terrenos menos cinematográficos, en realidad el futuro, ese futuro remoto era un lugar repleto de basura tecnológica, uno de los mayores problemas que planteaba Marcus en ese sub mundo futuristico era que toda la información tecnológica, acumulada durante siglos se había transformado en residuo tangible, una especie de masa viscosa que deambulaba, como una especie de rio, por esas galaxias ahora inconcebibles. EL futuro de Marcus es hostil, hostil hasta lo casi inhabitable. Sus personajes no son tan perversos y son terriblemente melancólicos, como conociendo, definitivamente, la imposibilidad de hacer un mundo mejor. Las transformaciones de las sagas en MArcus pierden épica y batallas, pero ganan en nuevos conflictos filosóficos, algunos de los personajes, humanos, viven dos siglos y medio, casi tres. La Tierra deambula como un trozo de piedra saqueado, ya casi nadie se acuerda del origen, la evolución de las especies animales se ha visto alterada por los experimentos médicos y farmaceuticos. EL ser humano ha sufrido algunas mutaciones genéticas contradictorias, leves la mayoría, pero algo ha variado ya: en ese futuro ya somos distintos. Hay desolación, pero una desolación incurable, sin un atisbo de esperanza. Los héroes son tristes y batallan por adicción, no por ideas. SOn adictos al dolor ajeno aunque siempre piensan en el bien de su tribu, de su entorno. EN cierta manera, si cabe, el ser humano es más cruel, pero a su vez más generoso con los suyos. Todas las características de la psicología humana se han polarizado casi hasta el delirio. Aún hoy, ninguna de las sagas está cerrada o nadie ha encontrado en ningún recoveco los otros textos. Nadie se atreve a preguntarle a Marcus por sus textos, él no sabe que en el pueblo muchos somos seguidores de su obra, de sus nuevas sagas. Hay un temor, conociendo la peculiar y extraña personalidad de MArcus, a que si sabe que le leemos, perdamos la esperanza definitivamente de leer los textos que dan continuación a las historias, todas abiertas. Algunos husmean, tratand e encontrar algo, aún no hay pista de donde podemos encontrar los textos que dan continuación, pero hasta ahora nadie ha perdido la esperanza.

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