jueves, mayo 05, 2011

Movimiento de rotación

Cuando estoy aquí, a ella aún no le han pasado las cosas. Cuando desayuno en el fondo la espero y desayuno con ella a mediodía, mientras yo ya como. Cuando me voy a la cama, sueño que estoy con ella en su media tarde. Y sueño, sueño que ella duerme cuando yo ya me levanto y despierto pensando que en el fondo ella está soñando que yo ya estoy despierto. Digamos que la distancia sideral del destiempo es la que hay que recorrer, constantemente, para unirme, invisiblemente, a ella. Así que hay que atravesar, sobre todo, el tiempo. Hay que ir saltando y esquivar el movimiento de rotación para estar sin estar, en esa hora lejana por la que yo ya pasé y ella en un rato pasará. Así que de algún modo, como todo está en permanente movimiento y ambos nos trasladamos, es complejo, pero no imposible, seguir el rastro. Así que salto, salto para permanecer en ese aire y dejar rotar el suelo para darla alcance arriba y luego caigo y vuelvo al suelo. Estoy aquí, cuando estoy aquí ella avanza allí. Una forma extraña de carrusel. ¡Tiovivo adelante! Nada se detiene. Cuando duermo sueño que despierto y que en mi mañana es de noche y allí ella va a dormir y duerme y sueña que despierta de día y no hay hora, no hay día, no hay noche, hay aire y el carrusel da vueltas extrañas abajo, donde todos están despiertos o dormidos y nadie sabe nada, de las odiseas por encontrarnos fuera del movimiento de rotación.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es maravilloso. Incesante movimiento, energía que no para, sincronías a destiempo, a la misma hora quizá, pero nuca a la misma hora, definitivamente.

CL

Mi lista de blogs

Afuera