domingo, abril 24, 2011

Ciudad

Caminé por una ciudad repleta de grandes edificios sin terminar de construir. Generalmente no había gente, salvo algún individuo difuso con el que me cruzaba velozmente. Pensé, como opición real, que aquello no era más que un sueño, un sueño en el que, de repente, cobras conciencia de que estás soñando. Sin embargo no era así. La ciudad existía, el vacío era real y aquel sonido en forma de eco, casi metálico y grave, tenso, era cierto, era real. Me senté, aún sigo escuchándolo, sentado, inmóvil, tratando de comprender donde estoy, que ciudad es esta, que sonido es ese, de donde viene, que lo emite.

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