domingo, marzo 19, 2006

Lo que le pasó a Antoine Maurice (Capitulo 7)

Salimos de negro y vemos la noche, la profunda noche de la naturaleza, apenas la luz del cielo, del cielo eterno, del cielo infinito, la luz que viene de allí, de tan lejos rozando levemente en esa esquina del planeta. La luna que hoy esta en cuarto creciente, las estrellas que Maurice ha estado mirando antes de dormirse recostado en una piedra iluminan con ganas, el cielo se ha quedado despejado, sin la congestión de nubes que hasta hace rato moqueaban lluvia. Antoine duerme como un bebe, no siente el frio que no muy intenso pero si humedo revolotea por la zona. Está ahí, soñando, y es curioso por que a pesar del dia complicado, de ese destino cruel, estará soñando con otro mundo donde nada de eso ha sucedido, está tan cansado que el cansanio es dificil que otorgue sueños hostiles. No. Está tan cansado que los sueños, como se suele deir, serán dulces. Los dulces sueños de Antoine Maurice.

Por supuesto Antoine ha llegado a descender toda la montaña bajo la presión agotadora de la lluvia. Descendió, tardo varias horas, pero llegó hasta abajo y al llegar abajo un valle hermoso, el otro lado de las cosas. A lo lejos se adivina un pueblo al que Antoine llegará por la mañana. Allí contará su tragedia. Esta decidido a salir de esto siendo honesto, contando la verdad. Contará la sucesión de actos, la cadena de acontecimientos que le han llevado hasta ese límite poco creible pero real. Sufrirá las consecuencias que tenga que sufrir por sus tres graves decisiones, pero acatará y concluirá la pesadilla. Volverá a la capital y volverá a su vida asumiendo los errores de tres decisiones desacertadas. Contará la historia a su jefe, contará la historia a su novia actual que es poco novia, pero que es alguien con quien al fin y al cabo se podrá desahogar.

Mientras tanto Antoine duerme y pasa la noche, duerme acurrucado para protegerse del frio.

No hay comentarios.:

Mi lista de blogs

Afuera