jueves, marzo 16, 2006

Lo que le pasó a Antoine Maurice (Capitulo 6)

La imagen aguanta un rato en negro, oimos el sonido ambiente. El cantar de los pajarillos, el sonido de las hojas agitado por la suave brisa, los impercetibles millones de sonidos que produce la naturaleza apiñados en una masa única para que el oido humano los capte todos inditintamente, todos como uno, la enorme e infinita masa del sonido ambiente. Antes de abrir de negro se oye un silbido humano interrumpido inmediatamente por un sonoro:

.- Joder!!!

Abrimos de negro. Antoine está mirando al cielo a traves de la visión de el que se cuela a traves de la copa de los árboles, ha sentido el tacto de una gota primero golpeando contra un punto preciso de su piel, segundo deslizandose. La amenaza negra de tormenta va cubriendo el cielo que se ve un poco mas atrás de los altos eucaliptos. Entonces Antoine Maurice recuerda su manía a los viajes a esta región del pais, la lluvia es omnipresente, como el mismo dios en el que Maurice no cree, y hace notar su presencia proporcinalemente inversa a lo que la hace notar Dios, es decir, si Dios, cualquier Dios no da muestras, jamas, de su existencia, la lluvia en esta región deja un rastro de su existencia con una perseverancia enfermiza. Y claro, empieza a llover, pero no a llover como cualquier tarde en la ciudad en la que vive, no. Llueve, llueve, llueve. Así, sin mas. Llueve como si la lluvia tuviese miedo de no poder volverlo a hacer y entregarse a esa tarde como esos enamorados que se despiden una tarde de su amada antes de irse a la guerra, o la muerta, que es lo mismo. Llueve como aquella tarde que no recuerda ya Maurice o como aquella noche de viaje que hizo el amor bajo la lluvia tropical con una alemana de la que ya tampoco recuerda el nombre. Llueve como solo llueve en el monte. Antoine entonces ve como se forman pequeños rios en la tierra, como desciende el agua por las laderas, como se humedece la flora, como se humedece el mundo. Se resbala pero no saberse observado le da cierta libertad en sus caidas, menos reparo. Se va llenando de barro, los pies son un poema, como se suele decir. Antoine se sabe perdido, se sabe rozando la locura, pero mantiene cierta serenidad.

Que la naturaleza se puede convertir en el infierno es algo que Maurice. Muchas obras de arte ya han hablado de eso, grandes peliculas del cine nos han introducido en el horror que puede estar oculto entre los caminos de tierra, entre los matorrales, entre el hermoso verde de los árboles. La naturaleza es cruel, tiene mas instinto de supervivencia que todos los seres urbanos del planeta juntos. Tiene mas instinto una margarita que un pelotón armado de la inmoral guerra de Irak, por ejemplo. Y claro, ahí desciende Antoine monte abajo, con los pies destrozados, el pelo empapado, las ropas pegadas al cuerpo y muy deterioradas, la lluvia resbalandose por la cara, por los brazos. Ahi va Antoine tropezandose con los arboles que van apareciendo. Si fuera un buena película, o ni siquiera un buena película, sino simplemente una película no estaría sonando nada trágico, nada cómico, ni siqiera solo el sonido ambiente de la lluvia no. Sonaría algo como Gymnopedie n1, muy usado eso si, muy evidente, pero que resalte bien el aspecto triston de ese momento en la vida de Antoine. Ese momento único e irrpetible. Mientras suenan esas hipotéticas notas de piano Antoine va pensando en si todo esto tiene sentido, si vivir tiene sentido, si ser una vida entera honesto y responsable tienen sentido cuando te ves inmerso en medio de la mierda por un azar elegido por vaya uno a saber quien. Mientras suenan esas melancólicas notas de piano Maurice piensa en su vida y recuerda algún pasaje no del todo memorable, pero si agradable. Algún beso lejano, algun atardecer en la playa, alguna noche de borrachera, algún desamor, algunas nostalgias, la universidad. Antoine Maurice mira hacía abajo donde el monte no parece terminar y continúa. Llegará, el autor de Antoine Maurice sospecha que llegará, aunque tampoco está del todo seguro.(Quien escribe la vida del autor tampoco lo sabe, y así hasta donde una celula decida parar todo esto). Antoine se pone épico y desciende con garra, en plan heroe, en plan final de pelicula, en plan momento de piel de gallina. Ahí va Antoine con toda su energia, con toda su vida, con todo su instinto, la garra de vivir, ahi va Antoine monte abajo sin obstaculo que le detenga, levantadose mas fuerte cada vez que cae, con cara de pocos amigos. Ahi va Antoine sabiendose poderoso. Llegará, el que escribe sospecha que llegará. Antoine no se detiene, solo quiere ver el final del monte. La lluvia cae sobre el planeta, los charcos parecen mares, los rios que se han ido formando parecen infinitos y la lluvia sigue con su canción pero a Maurice en este instante no le detiene nadie por que Maurice llegará, quiere sentirse dueño de su destino. Se quita las ramas de delante, arranca cualquier estorbo como el mejor de los heroes, hasta Maurice puede ser un heroe, todos podemos ser heroes y Antoine pone en practica ese lema, quiere ser ese heroe, quiere saberse ganador en esta batalla que le propone el destino.

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