domingo, octubre 28, 2012

Poetas subterráneos I. Ernesto Valle.

  El tipo trabajaba arreglando electrodomésticos en una tienda  q parecía la metáfora de la neurosis. Todo estaba repleto de viejos aparatos abiertos y desmenuzados, mostrando ese interior despiadado de la eléctrónica. El dueño era un tipo q había perdido considerablemente la vista, le pagaba poco, pero era amable y considerado, cada vez que podía le daba un extra, lo que sucedía muy pocas veces, porque un negocio de reparación de electrodomésticos era un negocio venido a menos. Cuando salía, solía caminar hasta su habitación, un cuarto pequeño, pero agradable en el centro de la ciudad. Allí solía escribir poesía en una máquina de escribir  eléctrica, reparada en la tienda y que el dueño jamás fue a buscar. Su poesía era extraña y triste, pero sobre todo extraña. Sus figuras poéticas eran desconcertantes. Su ritmo interno era novedoso, peculiar original. Quizá, era la conclusión, escribí con una mano. La otra estaba lesionada de por vida, en un accidente laboral en el pequeño taller de la tienda. El poema donde narra el accidente es posiblemente el paradigma de estilo, donde describe a los aparatos como cocodrilos de entrañas de alambre y de una docilidad cruel y maquiavélica.

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