lunes, septiembre 10, 2012

Diálogo

 .- La vida empieza su decadencia cuando se acaban los ídolos. Cuando ves el error y la grandilocuencia en la épica. Cuando la imperfección gana la batalla a la perfección. Cuando el pero se adhiere a todos los análisis e incluso cuando ya todo es análisis. Hubo un tiempo en que no perfilaba cada instante, en que no afilaba las melodías. Hubo un tiempo de frescura en que las cosas corrían y llegaban plenas. No es temor, es el vicio de verbalizarlo todo. Cuando hay música, las notas vienen rápido con la deconstrucción. Ahora no escucho, analizo. Se interpone el pensamiento. En seguida hay palabras. En seguida hay frases, incluso comparaciones. En el pasado la música tenía momentos limpios. Todo sucedía directamente entre el movimiento sonoro y el vital. La música era una plenitud. Ahora hablo y todo viene masticado, o algo que parece masticado, resabiado. Como si en cierto modo se hubiera acabado la novedad. Soy decadente. Soy viejo. Eso siento en este constante pensamiento que se antepone a la novedad y sin embargo no lo puedo evitar.

.- Son los escudos. Te proteges. La vida es un ciclo raro en el que te vas alejando constantemente. Son batallas permanentes. Es una búsqueda retorcida de la identidad. Creo que la decadencia empieza cuando buscas tu autenticidad, tu verdadera identidad. Cuando la buscas, en el solo acto de buscarla, ya no hay honestidad. No puedes actuar:"voy a ser honesto buscando ser honesto, autentico" La autenticidad no se busca: está. Pero hay un momento en el que te descubres a ti desde tu punto de vista y de repente te sientes deshonesto:"ese no soy yo" y el juego es perverso, porque observándote ya hay un desdoblamiento que no te permite ser lo internamente objetivo para saber si eres honesto. Ya tú no eres ese, por lo tanto ya no le puedes juzgar como autentico o no. Sin embargo ya te has juzgado y comienzas a buscarte, buscas tu verdadera identidad: evidentemente jamás la alcanzas. Ahí empieza la decadencia.

.- Hay algo perverso en vivir, todo sucede un poco tarde. Piensa tu vida con dos días de antelación, con cinco minutos previos.

.- Por eso el retroceso, por eso los escudos. La decadencia es vivir sabiendo que siempre se llega tarde y nos ponemos a salvo.

Suena el timbre. Se acaba el recreo.

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